Cuando el talento se funde con la calidad y la pasión con la ilusión surgen proyectos tan interesantes como Sunne, un nuevo restaurante que ha llegado a Madrid con vocación de permanencia y que, estamos seguros, dará mucho que hablar durante los próximos meses. Al frente de los fogones se encuentra Paulino Bernabé, un chef que pese a su juventud, tan solo tiene 23 años, dirige este restaurante familiar con honestidad, ilusión y humildad, ingredientes básicos que, combinados con su talento, le llevarán muy lejos.
La carta de Sunne es corta pero sorprendente. Este alquimista de los fogones experimenta con sabores diferentes hasta conseguir creaciones armoniosas, arriesgadas y diferentes que resultan una auténtica delicia en boca. "Mi deseo es divertirme en la cocina y hacer que el comensal también se divierta, jugar con nuevos sabores pero siempre respetando la calidad del producto", nos cuenta Paulino. En su carta rige la cocina tradicional con toques fusión. Así, encontramos un ceviche de dorada al maracuyá con leche de tigre, choclo y kimchi de rabanitos; lasaña de rabo de toro a baja temperatura con bechamel de cardamomo negro sobre tosta frita de wanton, un taco de carrilleras con crema de aguacate, apio e hinojo o la tempura de cangrejo con arroz inflado y filamentos de guindilla. La mayor parte de su carta está pensada para compartir, con raciones y precios más que generosos, lo que permite poder disfrutar de más propuestas. Además, todas las elaboraciones son aptas para celiacos.
La experiencia en Sunne se traslada de la vista al plato y viceversa. Esto es así gracias a su cocina vista donde el joven chef trabaja con increíble precisión, meticulosidad y rapidez para sacar, él solo, los platos a tiempo. Verle trabajar es una delicia. Capitanear él solo la cocina le ha obligado a ser tremendamente pulcro y ordenado, al tiempo que ágil y previsor. Su cocina vista responde al hecho de dejar que el público pueda apreciar la calidad del producto y ver cómo se trata, sin trampa ni cartón. De hecho, uno de sus mayores orgullos es poder trabajar con los mejores proveedores. La carne, por ejemplo, es de La Finca, y el atún es de Balfegó, dos proveedores de referencia en el mercado más selecto.
La experiencia de Sunne trasciende de lo culinario a lo integral. Este restaurante es un remanso de paz y tranquilidad, con ciertos guiños nórdicos, y con una atmósfera donde se cultiva la filosofía hygge, un término acuñado en los países nórdicos que busca la felicidad en los pequeños placeres de la vida: como con una buena comida, con un ambiente acogedor, con una buena música... Así, el mismo nombre del restaurante ya nos invita a pensar en esta filosofía, puesto que Sunne es el nombre de un pequeño pueblo Suizo donde la familia tiene una cabaña donde pasan los veranos. De este modo, han querido trasladar la esencia de este municipio al centro de Madrid creando una atmósfera cálida, acogedora y hospitalaria que proporciona bienestar en su sentido más amplio. Para ello ha sido fundamental el uso de la madera. Las mesas y las paredes están vestidas con madera de cedro natural procedente de la madera sobrante que utiliza el padre de Paulino para la fabricación de guitarras en su taller de artesanía. Para completar esta sensación de bienestar y de sentirte como en tu propio hogar, el restaurante es animal friendly, aunque no podía esperarse menos de quien tiene un perro en la familia.
Calidad, buen ambiente y excelente precio. Sunne tiene todo lo necesario para aquellos que buscan dejarse sorprender por la comida. Un soplo de aire fresco en la gastronomía madrileña al que le auguramos grandes éxitos.
Restaurante Sunne, la pasión hecha cocina. Click to Tweet