Calle Juan de Mena 14, Madrid 28014.
Teléfono: 915311039Web: http://www.restauranteviridiana.com/
Precio: 60 - 110€
CALIFICACIÓN: 5 GUINDILLAS.
Comer en Viridiana es una experiencia única, en toda la extensión de la palabra.
No conozco un restaurante comparable. Se trata de una prolongación de la exuberante personalidad de su propietario, fundador y absoluto jefe, el Chef Abraham García, alguien que se mantiene fiel a sí mismo, mucho más allá de modas, corrientes o tendencias.
Hemos seguido desde hace años a Abraham, sus apariciones en televisión, su aportación en Canal Cocina, sus encuentros, los viernes a las 12:00 en www.elmundo.es, etc. Muchas veces hemos pasado por la puerta de este establecimiento y nos hemos dicho: “alguna vez entraremos”.
Y entramos.
El local:
Está situado en una de las más turísticas y señoriales zonas de Madrid, al lado del Parque del Retiro, muy cerca del museo del Prado, de la puerta de Alcalá y de varios hoteles de lujo. Y eso se nota en su clientela, pudiente e internacional.
La comida:
Impresionante, contundente, sabrosa… son términos habituales de su cocina. Dicen que hay que probar sus elaboraciones “viscerales” y sus platos de caza, que, como el mismo Abraham dice, le salen de sus fogones.
También cuentan que son preferibles sus entrantes a sus segundos. No lo sé, nosotros pedimos un menú degustación, o, mejor dicho, un menú Abraham, pero creo que lo mejor es que os cuente las cosas tal y como este cronista lo recuerda.
Tras conseguir una reserva para comer un sábado, decidimos no desayunar y darnos un gran paseo antes de entrar, porque lo íbamos a necesitar.
Tras sentarnos e incluso antes de que se nos acercase algún camarero, vino el propio Chef a contarnos los platos que había fuera de la carta (carta que aún no habíamos visto). Se tomó su tiempo y abrió nuestro apetito, aún así le dijimos que íbamos a decantarnos por el menú degustación, lo cual, aseguraría que no le hizo demasiada gracia, aún así se despidió con un:
“Relájense y disfruten, comer aquí es una fiesta”.
Y en efecto, la fiesta comenzó casi inmediatamente, porque empezaron a desfilar platos, eso sí, al principio con cierto desorden que, la verdad, no nos molestó, pues le dio un aire de bistró íntimo. Y me explico.
Como he dicho no nos habían traído la carta cuando nos cantaron los platos “fuera de” y fue el propio Abraham el que nos trajo los entrantes sobre una claqueta ¡sin retirar los platos que teníamos en la mesa!, ósea, la puso encima, a estas alturas no nos habían traído la bebida, aunque apareció casi al instante un camarero con un Godello, una uva por la que siento una especial debilidad y nos preguntó si queríamos beber algo antes de la comida ¿?, bueno… me pedí una cerveza.
Por cierto, los clientes de al lado también pidieron un menú degustación, aunque el suyo difirió del nuestro en algunos platos, aunque no sé si negociaron algo antes.
El siguiente plato fue una refrescante ensalada con unos tomates muy carnosos combinados, de forma magistral, con unos nísperos asados.
Lo siguiente fueron unas carrilleras de atún rojo con papas arrugás y una salsa chipotle.
Dos helados por persona, uno de limón y otro de canela y para compartir unas natillas al armagnac.
¡Ah!, que no se me olvide una referencia al final de la comida, concretamente a la minuta, que se nos entregó en un “recipiente” absolutamente genial, como no iba a ser menos, Abraham es genio y figura hasta el final, hasta el hecho de que en la cuenta no figuraba el importe de dos “Menús degustación”, sino de dos “Menús Abraham”, lo cual me reafirma en el hecho de que comimos lo que el Chef, ese día y en ese momento, tuvo a bien servirnos.
Conclusión:
Es un restaurante caro, incluso muy caro. El menú degustación tiene un precio de 110 € (IVA incluido) por persona, ahora bien, el precio no lo es todo. Este es un lugar histórico, un restaurante de referencia para los amantes de la buena mesa y un lugar al que merece, y mucho, la pena ir. Muchas veces es mucho más caro comer por 9 € en según qué lugares.
A cambio obtendremos una experiencia que a nosotros nos ha resultado inolvidable. Como su propio Chef se define, “A contratiempo”.