Restaurante Yakitoro de Alberto Chicote

Publicado el 16 octubre 2014 por Sharem

Hola, mentes inquietas y hambrientos jeje
Hoy os hablo de la visita que hicimos el pasado mes de julio al restaurante de Alberto Chicote: Yakitoro. No he hecho la entrada hasta ahora porque lo quería escribir en el nuevo blog así que... ¡aquí la tenéis!
Lo primero que tengo que decir es que dudé si reservar o no (aunque fuimos a la hora de la comida entre semana) ya que no vivimos en Madrid y me daba miedo que habiendo cogido un día de vacaciones unos de nuestros amigos y demás, presentarnos y no tener mesa. Sé que se reservan un porcentaje de mesas al día para los clientes que llegan de paso sin reserva así que si vivís en Madrid puede que tengáis sitio siempre.

El restaurante es de cocina fusión japonesa y española:
Yakitori - la brocheta japonesa que originalmente sólo era de pollo y verduras y ahora se le da este nombre a cualquier brocheta a la brasa y Toro (no os tengo que decir qué es jeje)
Todo se presenta en estas deliciosas brochetas a la brasa. Creo que está muy bien conseguida la fusión ya que yo tengo familiares a los que no les gusta la comida japonesa (ni experimentar probando cosas nuevas) que puedo llevar sin problemas. Chicote ha elegido muy bien los ingredientes ya que son ingredientes que todo el mundo conoce y los ha adaptado unos a otros incluyendo elementos japoneses. Así que recomendado también para los enemigos de la cocina fusión moderna.

Lo primero, deciros que el trato no pudo ser mejor. Todo amabilidad y como era la primera vez que íbamos, la camarera nos explicó la carta con detalle.
Entre los comensales que fuimos hay que decir que nos gusta mucho la comida japonesa tradicional ya que algunos han vivido varios años en Japón, también en Corea y el resto habíamos viajado una temporada así que esperábamos la esencia de la comida japonesa además de la española.
El restaurante está pensado para comer de picoteo con tu bebida y pasar un rato agradable charlando. Las mesas tienen una hendidura en el centro con hielo y botellas de cerveza. Tu bebida la puedes dejar ahí también para que siempre esté fresca. Cada plato son dos brochetas excepto en las que está indicado que sólo viene una así que como éramos cuatro personas, decidimos pedir dos platos de cada cosa que pedimos.
Antes de deciros lo que pedimos, os dejo el link a la carta del restaurante: Pincha aquí

Nosotros pedimos:
  • Pequeñas patatas asadas con salsa brava: Delicioso el sabor de la brasa. Estaban riquísimas y, ¡síiiii!, una salsa brava madrileña como debe ser. Soy fanática de las patatas bravas madrileñas y por fin encontré una salsa casera como dios manda.
  • Buñuelo de bacalao con mahonesa de yuzu y chili: Madre mía, estaba riquísimo. El bacalao se deshacía en la boca, estaba cocinado al punto perfecto y la salsa le daba un toque ideal. Muy

    Cortesía de www.sinsaposniprincesas.com

    suave, no penséis que picaba mucho.  
  • Entrecostillas de buey wagyu lacadas a la brasa: El plato por excelencia para los que les guste la carne. La carne se deshacía en la boca, ¡qué sabor! Yo no soy muy de carne y otra chica tampoco pero es que podríamos habernos comido cuatro platos fácil si nos hubieran dejado.
  • Dados de pollo en tempura y salsa PX: Muy muy rico, la parte del pollo estaba perfecta (nada de sorpresas como en otros sitios que no sabes muy bien qué te están echando ahí rebozado). Fue el plato menos arriesgado.

Y de postre:
  • Helado de fresa y wasabi, crema de chocolate y galleta de jengibre: Este postre fue arriesgado. Se notan todos los sabores, ¡de verdad! La fresa está buenísima, fresa natural; el wasabi le da bastante de su intensidad (a lo mejor demasiado para un postre para mi gusto); el jengibre y la crema de chocolate endulzan todo lo anterior pero no empalagan.
  • Crumble de manzanas con helado de vainilla: Me gustó muchísimo, casi más que el helado de fresa con wasabi.
  • Churros con chocolate: Me encantan los churros pero a mi el chocolate me empalaga mucho y no me suele gustar el chocolate de las chocolaterías. Soy de churros con cola cao, para que me entendáis. Los churros estaban de muerte y el chocolate también típico madrileño: espesito y fuerte.
Bueno, os he comentado un poco los platos que pedimos. Nos quedamos con ganas de probar muchísimos más pero decidimos que lo dejaríamos para otra vez ya que estoy segura que volveremos. Tengo que decir que hacía muchísimo tiempo que no comía con ingredientes de esa calidad y se notaba que cada brocheta estaba hecha con mucho mimo. ¡No pudimos salir más contentos con la comida! 
En cuanto al precio, hay que decir que salimos a unos 20 euros cada uno (algunos pedimos dos refrescos) pero también decir que no salimos hinchados (como parece que nos gusta a los españoles jaja) pero salimos satisfechos. Tengo un amigo que come mucho y seguramente se hubiera quedado un poco a medias pero no me parece un precio caro. La próxima vez, ya sabiendo los tamaños y demás, seguramente pida un plato más. También es verdad que como fuimos un poco a picar y lo compartimos todo (normalmente un plato al ser dos brochetas está bien pero nosotros comimos una de cada) pues te quedas con ganas de más. Pero supongo que está hecho para eso, para que te quedes con ganas de más y vuelvas y pruebes y salgas siempre con una sonrisa. Los tiempos fueron exactos, no tuvimos que esperar para ningún plato y estuvieron pendiente de nosotros.
Ahora hago mención especial a los electrodomésticos del local XD Resulta que las mesas están repartidas alrededor de las parrillas y estoy completamente alucinada porque no hay ABSOLUTAMENTE NADA DE HUMO en la sala. Tienen unos extractores sobre las parrillas que deben de ser de la NASA pero que no hacen NADA DE RUIDO. Y todo esto lo pongo con mayúsculas porque de verdad que estábamos asombrados. Sacamos la conversación varias veces durante la comida.Los baños son súper modernos y parece que estás entrando en otra dimensión jajaja pero por eso, perdonar la expresión, molan mucho.
Para terminar, creo que es un buen lugar para ir de picoteo, por ejemplo, por la tarde-noche, pasar
un buen rato, probar diferentes cervezas (tienen variedad) y, sobre todo, disfrutar de una comida excelente.
Mis felicitaciones a todo el equipo de Yakitoro y sólo deseo que aunque pase el tiempo y sigan trabajando allí, sigan con la misma ilusión, cariño y mimo que le dan a la comida y a los clientes. Una última cosa, mis amigos comentaron que no terminaban de entender el uniforme militar (es como un mono) que llevan los trabajadores del restaurante... mmm, a ver si me informo.
¡Hasta la próxima!
P.D: fotos hechas con móvil, sorry.