Restaurantes clandestinos, la última tendencia

Por Nosoloviajeros @nosoloviajeros


Últimamente parece que está de moda la creación de pequeños restaurantes en las trastiendas de locales que poco tienen que ver con la gastronomía y alimentación. Aunque este tipo de restaurantes son habituales en Nueva York y Londres, hasta este verano no comenzaron a aparecer en nuestro país, más concretamente en Barcelona. Desde entonces, muchos cocineros son los que se han sumado a esta tendencia. Lo cierto, es que si tienes curiosidad por comer en uno de ellos, no te será tan fácil encontrarlos, ya que normalmente se dan a conocer por el boca a boca. Es curioso que, cuando llegaron a Hong Kong, los clientes sí que estaban obligados a reservar por antelación; se dice que éstos lo hacían a través de un fax.

La razón por la que estos restaurantes están ocultos y sólo es posible encontrarlos por amistades es para explotar el encanto de la exclusividad, que es su valor principal. El problema es que con los blogs e Internet están empezando a salir a la luz muchos de ellos, aunque los restaurantes se lo toman como una campaña de marketing gratuita. Algunos de los que hemos podido conocer a través de los medios son: dentro de una tintorería, una pescadería y hasta una tienda de souvenirs.

La última de ellas es la más reciente de todas, Chi Ton, montada por la nueva empresa Urban Secrets, una compañía de gastronomía que está ocultando los restaurantes por todo Barcelona. De hecho, hasta han creado un portal en Internet en donde podemos solicitar una invitación para registrarnos, ya que si ésta no será posible saber dónde se encuentran. La idea es hacer que la gente que tiene el privilegio de conocer dónde están situados se sienta especial. Los otros dos restaurantes son la tintorería Dontell, que fue considerado como el primer clandestino; y Fishop, una pescadería moderna en cuyo final del pasillo hay un restaurante de shushi muy íntimo. Éste, quizá, aunque está considerado como restaurante clandestino, hoy en día es bastante vox populi.

Imagen: Monkeyzen