Tal y como os conté la semana pasada, el miércoles día 10 tuve que ir a la clínica privada a recoger los resultados del Triple Screening. Fue una semana muy movida por cuestiones de curro, y gracias a eso, no me puse nerviosa hasta pocas horas antes de la visita.
Los resultados del Triple Screening se obtuvieron a raíz de la ecografía que me realizaron en la clínica privada anterior y un análisis de PAPP-A y bHCG libre que me realizaron en la primera visita de la nueva clínica (recordad que en la clínica anterior no me quisieron dar los resultados de este análisis que me hicieron a las 8 semanas).
Al llegar a la consulta con mi nuevo ginecólogo, enseguida me preguntó que tal estaba, y aunque hacía una semana que nos habíamos visto, volvió a tomarme la tensión para tomar nota de como estaba.
Nos sacó el análisis con los resultados de Triple Screening siguientes:
Índice de riesgo de Síndrome de Down: 1/7070
Índice de riesgo de Síndrome de Edwards y Síndrome de Patau: 1/>10000
El riesgo es bajo para los tres síndromes y el ginecólogo, a raíz de que le preguntásemos por el Test Harmony en la visita anterior, nos dijo lo siguiente:
Como sabéis, este resultado es una estadística. El riesgo es bajo, por eso no recomendaríamos que os realizaseis nada más. Ahora bien, el Test Harmony es la prueba del futuro con una eficacia del 99%, así que está en vuestra mano hacerlo o no. Yo os preparo la petición y os lo pensáis.
De verdad, es que es totalmente lógico que esté “enamorada” de este doctor. Por fin alguien habla con propiedad y dice las cosas como son.
Entonces, para mi sorpresa, el ginecólogo dijo con un tono súper cariñoso “y ahora, ¿te apetece que le escuchemos?”
Creo que dije un SIIIII demasiado efusivo y se notó un poco mi adicción a ver a Bolita. La ecografía fue rápida, vía abdominal. Escuchamos su latido galopante y vimos unos movimientos rápidos que hizo mi bichito con los brazos. Imprimió una foto de Bolita para que me la llevase de recuerdo, pero como todo fue así de rápido, la calidad es escasa y no vale la pena que os la enseñe.
Al salir de la consulta, maridín y yo nos quedamos pensativos. “¿Qué hacemos? ¿Hacemos el Harmony o no?”
Yo estaba casi a punto de decir que no, de hecho le dije a maridín “a ver, el riesgo es bajo. Muy hijodeputa tendría que ser el destino para que nos trajese un hijo con Síndrome de Down después de todo lo que nos pasa”. Y precisamente por yo decir esto, él encontró la argumentación perfecta que me hizo cambiar de idea de forma radical.
Tu tienes fallo ovárico prematuro, que antes de los 30 hay una probabilidad de 1/1000, y yo tengo lo mío (enfermedad neurodegenerativa) con alrededor de 50000 casos en España. No creo en las estadísticas porque se han cebado con nosotros. Hacemos el análisis y si sale bien, nos quedamos tranquilos, si luego, aún así nace mal, pues estaremos en paz de haber hecho todo lo que estaba en nuestra mano. Pero si no lo hacemos y sale mal, no me lo perdonaré jamás.
Y así fue como me convenció.
Al día siguiente, llamé a los laboratorios que me harían el análisis y me especificaron que solo podían recoger la sangre para esta prueba por la mañanas y siempre dos días antes de festivo o no laborable, es decir, de lunes a jueves de 9 a 13h.
Pedí permiso en el trabajo y salí en un momento para ir a hacérmelos.
Una vez llegué al laboratorio, firmé los consentimientos necesarios, comprobamos que todos los documentos estuviesen bien rellenados y me sacaron sangre. Dos tubitos que introdujeron en un plástico, que pusieron en una bolsa de aire, que metieron en un paquete acolchado y que pusieron en una caja corporativa del Test Harmony. Todo listo y preparado para viajar a EEUU.
¿El precio?
645€. Cosa que me sorprendió, pues esperaba unos 700€.
Los resultados tardan 2 semanas, además pedí que me los enviasen por e-mail para agilizar trámites. Espero recibirlos la próxima semana y sabremos también el sexo de Bolita.
¿Alguien más en la sala que se haya hecho el Test Harmony?