Entre unas cosas y otras, ¡¡¡llevo desaparecida dos meses!!! Dos meses en los que han pasado algunas cosas y como finalmente va a ser bastante difícil recopilarlo post por post, he optado por haceros un resumen detallado y continuar con el blog como si nada porque de lo contrario tardaría un año en ponernos al día.
Lo principal y más importante, Bebé Fúturo crece y sigue creciendo a pasos agigantados. Todavía no ha dado sus primeros pasos sin apoyo, pero yo que me alegro (ya es bastante trasto sólo gateando). Desde esta Semana Santa que se ha animado a ponerse de pie apoyándose en cosas y las travesuras sólo aumentan. No entiende el “no”. Todo lo que no lo quiere, lo tira al suelo, independientemente de lo que sea. A veces por jugar a descubrir los sonidos y otras porque ya no le apetece más galleta. Yo entiendo perfectamente que todavía no ha asociado el “no” con lo prohibido, ni el explicarle las cosas con lo que debería entender. Pero bueno, veo que hay otras que sí entiende perfectamente y entre ellas, el que le quieran coger en brazos. Rebusca la teta como ninguno cuando tiene hambre y pone una cara mohína cuando tardo más de un minuto que me quita los sentidos.
La revisión del año fue muy bien. La introducción de lácteos parece exitosa y, para mí grata sorpresa, nuestra pediatra nos ha pedido que todavía no le demos leche de vaca, que no tengamos prisa. Si ya está superado el lácteo y sigue tomando tetita de mamá, no le hace falta leche de vaca para nada. Como ahora está en la guardería quiere revisarle más a menudo, por lo que nos ha pedido que después de la revisión del trauma (que debió de ser este mes pero entre unas cosas y otras lo hemos tenido que ir retrasando) le llevemos de nuevo al mes siguiente. Por un lado para ver cómo va con la guardería y por otro, para ver los resultados del Traumatólogo Infantil.
El cumpleaños de Bebé Fúturo fue muy tranquilo, lo celebramos con los abuelos y Tita Fútura. Como ambos cumplen el mismo día, hubo sorpresa especial. Pero no me animé a hacer una fiesta temática dado que los invitados no ayudaban a que el acontecimiento fuera nada especial y Bebé Fúturo no lo iba a recordar. Eso sí, llevó una corona puesta todo el día e iba feliz. Una que le hicieron en la guardería y otra que nos regalaron unos amigos. No se la quitó en ningún momento y quedaron fotos épicas del momento.
El Día del Padre fue también muy tranquilo, sin nada especial. Bueno, algunos regalos que se aprovechan muy bien… (Ñammm).
Hemos hecho una excursión a Cuenca en pareja donde Bebé Fúturo no ha venido. Me costó mucho tomar esa decisión dado que no entendía cómo podía querer viajar sin mi hijo. Pero la verdad es que mirando fríamente y por Bebé Fúturo, era lo mejor. Si hubiésemos dormido fuera sería otro cantar, pero para él eran demasiadas horas de coche en un solo día, un cambio de rutina brutal. Y que le estaba dejando con los abuelos, que se conocen sus ritmos casi mejor que yo, que le cuidan divinamente y con quienes él se lo pasa genial.
De la misma manera, cuando celebré mi cumpleaños cenando fuera con amigos también se quedó a dormir en casa de los abuelos. Esto fue harina de otro costal. Era la prueba de fuego de si Bebé Fúturo podía dormir sin Mamá y me temía que se despertara cada dos horas como en casa y finalmente nos llamaran a las 3 de la mañana que teníamos que ir a buscarle porque no sabía vivir sin mí… Dejamos las últimas reservas que tenía de leche materna congelada. Y, exceptuando mis propios despertares extrañada por no ser reclamada, no hubo ningún problema. Al vernos por la mañana estaba tan feliz y nos contaron que se durmió solo en la cuna relatándole a la abuela las cosas que había hecho de día (yo siempre le duermo con teta y de otra manera es imposible) y se despertó a las 3, tomó un poquito de leche y siguió durmiendo toda la noche hasta las 9 de la mañana.
Y hasta aquí os puedo contar, que si no, me eternizo.