El fin de semana pasado os conté que habíamos empezado con los cereales sin gluten con mal pie porque el bebito estaba con muchos gases y pegando unos chillidos que ni un loro en celo. Una semana después he llegado a la conclusión de que debió ser todo una alineación de planetas o alguna fase de la luna puesto que los gases han vuelto a sus niveles habituales y los chillidos, aunque persisten, ya son mucho menos frecuentes y más breves.
Durante la semana he observado cómo se desgañitaba en distintas modulaciones, sobre todo cuando sabía que estaba llamando nuestra atención con ello y, ¡qué jodío!, cómo le echaba un pulso a la aspiradora para ver quién hacía el ruido más alto. Lo bueno del "episodio aspiradora" es que si ese día los vecinos no llamaron a la policía ni tiraron la puerta abajo, creo que ya puedo montar un botellón en mi casa sin que ocurra nada.
Esta semana he notado una progresión en él espectacular. Hacía mucho que no pegaba un "salto intelectual" tan grande. Se rie con mucha más frecuencia, a carcajadas, sonríe cuando le saco fotos, está a un paso de ponerse de rodillas estando bocabajo, insiste en ponerse de pie y de vez en cuando hila algunas sílabas tipo "hola" o "guagua" (sin sentido, por supuesto, pero empiezan a ser vocalizaciones del lenguaje, está claro).
El apartado sueño sigue obteniendo una calificación de excelente: a las 20.30h está durmiendo como un angelito hasta el día siguiente. El único inconveniente es que a las 7 de la mañana se despierta todos los días y, claro, después de 11 horas del tirón, no tiene ganas de dormirse de nuevo. Pero sí que he observado que durante el día está durmiendo más siestas y más largas, unas cuatro o cinco siestas, de entre 20 minutos y 1 hora, que no está nada mal. ¡No me puedo quejar de mi gordis!.
Vamos, que si no fuera por el tiempo, que está consiguiendo deprimirme, la semana habría sido estupenda.
(Aunque el jueves tuve que cancelar mi cita con el ginecólogo porque, finalmente, ¡¡me vino la regla en el momento más inoportuno!!. Ahora, a esperar otros quince días...¡brrr!)