2010 - Un año en el que la tierra tembló y millones de personas lucharon por sobrevivir. Las Naciones Unidas se movilizaron para ofrecer socorro, y se les pidió que proporcionasen soluciones a largo plazo para el planeta por la paz, el desarme nuclear, el cambio climático y los derechos humanos universales.
En enero, uno de los terremotos más mortíferos de la historia azotó Haití, el país más pobre del hemisferio occidental. 300 mil personas perdieron la vida, y grandes zonas de la capital, Puerto Príncipe, se convirtieron en cementerios. La ayuda llegó. Sin embargo, los problemas logísticos fueron muchos. Pese a las dificultades, las Naciones Unidas distribuyeron millones de raciones de alimentos y médicos de todo el mundo ayudaron a los heridos. El Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, visitó el devastado país.
La tragedia en Haití fue también una tragedia para las Naciones Unidas.101 funcionarios perdieron la vida cuando la sede de la misión de la ONU se derrumbó. Milagrosamente, una funcionaria, Jens Kristensen, fue hallada viva después de haber permanecido entre los escombros durante cinco días. Mientras la familia de las Naciones Unidas lamentaba su pérdida, la Organización se comprometió a continuar su labor. Se designó a un coordinador especial de socorro: el ex Presidente Bill Clinton. Enviado Especial de las Naciones Unidas.
En Níger, más de 7 millones de personas, cerca de la mitad de la población, perdieron sus cosechas y ganado a causa de una severa sequía. Alrededor del 80% de los niños en Niger sufren de malnutrición. El Programa Mundial de Alimentos envió asistencia de emergencia a Níger y el vecino Chad para mantener alimentadas a las familias durante la temporada de escasez, cuando no hay suficiente comida y los precios suben.
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