Primeros dos meses del reto de lectura 2017. En la elección de lecturas ha primado mi empeño de leer a los clásicos. Estos son los retos completados durante enero y febrero:
- Un libro que fuera prohibido en algún momento, en algún país: La metamorfosis, de Franz Kafka.
- Un ensayo: Una habitación propia, de Virginia Woolf.
- Un libro de relatos: El Aleph, de Jorge Luis Borges
- Una novela epistolar: Cartas a un joven poeta, de Rainer María Rilke.
- Un clásico con un número en el título: 1984, de George Orwell
Y también cayó durante este mes un libro que no forma parte del reto: Tres días y una vida, de Pierre Lemaitre, y comencé un libro que estaba ambientado en Santa Cruz de Tenerife, para completar el reto “Un libro ambientado en la ciudad o comunidad autónoma en la que vives”, pero no me convenció y lo abandoné. Este apartado se me complica un poco más, por no haber tanta variedad como si viviera en Madrid o Barcelona, por ejemplo. Se aceptan y agradecen sugerencias.
Bueno, vayamos por partes:
Reto de lectura 2017: resumen de lecturas de enero y febrero
La metamorfosis, de Franz Kafka
Parece increíble que todavía no hubiera leído uno de los libros más conocidos de la historia de la literatura. Afortunadamente, el error ha sido subsanado. En realidad, le tenía un poco de respeto, pues en mi imaginación era un libro más difícil, pero lo cierto es que es fácil de leer. Creo que para hacerle justicia y apreciar su lado innovador hay que retrotraerse a la época en la que está escrito, ya que en el contexto actual no sería tan llamativo.
Gregorio Samsa despierta una mañana convertido en un insecto. Esta es la parte que todos conocemos. A raíz de este cambio, la obra profundiza en las relaciones de Gregorio con su familia, y como estas se van modificando y redefiniéndose. La verdad es que a mí me apenó más esta relación con la familia y la sociedad -incluso antes de la transformación de Gregorio- que el propio hecho de que se convirtiera en un insecto. No parece que su vida fuera feliz en ninguno de los dos casos, y hay una pasiva aceptación que desasosiega un tanto.
Creo que es un libro que hay que leer, aunque no lo incluiría entre mis lecturas favoritas.
Una habitación propia, de Virginia Woolf
Estaba leyendo este ensayo cuando decidí hacer la entrada de los 10 consejos de Virgina Woolf para escribir, aunque no solo se pueden extraer recomendaciones para escribir. La verdad es que me encantó su fina ironía y su espíritu reivindicativo. La esencia del feminismo sin acritud. Muy recomendable y estupendo además para introducirse en la técnica del monólogo interior.
“Sería una lástima terrible que las mujeres escribieran como los hombres, o vivieran como los hombres, o se parecieran físicamente a los hombres, porque dos sexos son ya pocos, dada la vastedad y variedad del mundo; ¿cómo nos las arreglaríamos, pues, con uno solo? ¿No debería la educación buscar y fortalecer más bien las diferencias que no los puntos de semejanza?”
Una habitación propia. Virginia Woolf.
El Aleph, de Jorge Luis Borges
Para el reto de libro de relatos elegí los dieciocho de Jorge Luis Borges reunidos bajo el título de uno de ellos: El Aleph. He de decir que, desde luego, no es una lectura fácil: cada relato es un desafío intelectual. Borges mezcla fantasía con realidad, filosofía con literatura, metafísica y poesía… Me sorprendieron y a la vez agotaron. Supongo que caeré en el tópico al elegir como preferido, entre todos, precisamente a El Aleph.
“Temí que no quedara una sola cosa capaz de sorprenderme, temí que no me abandonara jamás la impresión de volver. Felizmente, al cabo de unas noches de insomnio, me trabajó otra vez el olvido.”
El Aleph. Jorge Luis Borges
Cartas a un joven poeta, de Rainer María Rilke
En honor a la verdad, no sé si realmente Cartas a un joven poeta reúne los requisitos como para clasificarla como novela epistolar, pues en realidad se trata de diez cartas que Rilke envió a un joven poeta, cadete de la escuela militar en la que él también estudió. Sin embargo, he de decir que ha merecido la pena: Rilke demuestra una sensibilidad exquisita y una educación sublime, además de una generosidad sin límites. Lo que se supone habrían de ser consejos sobre escritura, se convierten en lecciones magistrales sobre la vida. No conozco su trabajo poético, pero lo tendré muy en cuenta si algún día me animo con este género.
“No busque ahora las respuestas: no le pueden ser dadas, porque no podría vivirlas. Y se trata de vivirlo todo. Viva ahora las preguntas. Quizá después, poco a poco, un día lejano, sin advertirlo, se adentrará en la respuesta.”
Cartas a un joven poeta. Rainer Maria Rilke.
1984, de George Orwell
Pues sí, yo también acabo de leer el clásico de moda gracias a Donald Trump. La verdad es que hace que a una se le pongan los pelos de punta. Una novela distópica en toda regla. Me recordó mucho a El huérfano aunque, obviamente, fue Orwell quien inspiró a Adam Johnson para esta obra ganadora del Pulitzer. Ambas tratan de regímenes totalitarios que controlan a la sociedad y la manipulan hasta en sus pensamientos más íntimos. Muy recomendables las dos.
“Lo horrible de los Dos Minutos de Odio no era que cada uno tuviera que desempeñar allí un papel, sino al contrario, que era absolutamente imposible evitar la participación porque era uno arrastrado irremisiblemente. A los treinta segundos no hacía falta fingir. Un éxtasis de miedo y venganza, un deseo de matar, de torturar, de aplastar rostros con un martillo, parecían recorrer a todos los presentes…”
1984. George Orwell.
Tres días y una vida, de Pierre Lemaitre
Para finalizar, hare´una breve mención al último libro de Lemaitre, muy esperado por mí después de su anterior publicación, Nos vemos allá arriba, que me fascinó. Bien, pues yo creo que un espíritu poseyó a Lemaitre para escribir dicha obra, pues ni lo anterior (Vestido de novia) ni este último trabajo (Tres días y una vida) se acercan al nivel del ganador del Premio Goncourt. Con un planteamiento original pero un poco repetitiva y deficientemente solventada, es una novela totalmente prescindible.