Vista el agua derramada, y vistos los errores cometidos por la alternativa democrática reunida en la MUD, no hay que perder tiempo, salvo para corregir, y volver a emprender el camino electoral que es el único posible dentro de las convicciones de nuestra pluralidad democrática.
En efecto, más allá de las contradicciones nuestras, y la inmensa canallada gubernamental al haber asesinado inconstitucionalmente el Referéndum Revocatorio, al cual teníamos derecho dentro de los términos de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, mediante el uso –como se sabe- de jueces incompetentes, y serviles al oficialismo, nos obliga a retomar el expediente de las elecciones regionales, las cuales nunca debieron ser abandonadas como se hizo, a pesar de que lo advertimos respetuosamente en 2016.
La coherencia, y cohesión deben ser retomadas para defender a la inmensa mayoría del pueblo venezolano que está del lado de la MUD por su sabia e inteligente conducción, habida cuenta de que fue sistemáticamente engañado, y proscrito a lo largo de estos 18 años de camino insensato al comunismo de la corrupción, la miseria, el hambre, la inseguridad, y la muerte, tal como es indiscutible en la percepción de cada venezolano.
Hay que retomar el diálogo con el gobierno en términos decorosos, y para ello entender la necesidad de que el mismo debe estar encabezado por los jefes de los partidos, para hacer frente a esa alta responsabilidad con claridad plena de los objetivos y sin ambigüedad, y para evitar chantajes del gobierno en cuanto al lenguaje empleado en los acuerdos que se firmen finalmente. Pero por sobre todas las cosas, la MUD debe asumir la iniciativa presentando un proyecto de acuerdo distinto al elaborado por los negociadores, y solicitar la incorporación de nuevos garantes confiables para las partes.
No podemos olvidar que ya existe un acuerdo previo, el cual, fue incumplido en todas sus partes por el gobierno, y que fue objeto de reclamo por parte del Vaticano. Retomar desde ahí el camino del diálogo es posible, y si hiciera falta complementarlo para garantizar su éxito, en el entendido de que esta vez el gobierno del presidente Maduro no puede seguir escurriendo el bulto, y hacer frente a los compromisos contraídos. No pueden pretender que el Papa Francisco, y sus enviados; los ex presidentes Zapatero, Fernández, y Torrijos, así como el Secretario General de UNASUR, sean nuevamente burlados, al igual que todos los venezolanos.
Es urgente, e indeclinable retomar la presión para que se fije la fecha de las elecciones de gobernadores, tal como anunció el CNE en diciembre de 2016, y del mismo modo se exija el cumplimiento de la promesa firmada de permitir el acceso al país de la ayuda humanitaria; la liberación de los presos políticos; el mutuo respeto y reconocimiento institucional, así como la elección de los diputados del Estado Amazonas. Igualmente, olvidemos ya el imposible de la convocatoria a elecciones generales, y digamos la verdad a nuestra gente, pues ese propósito va a ser rechazado rotundamente por el gobierno que se sabe perdido.
Lo inteligente es empujar con fuerza para lograr las elecciones de gobernadores, porque esas si son viables y preparémonos para que en el actual escenario tengamos en vez de los tres actuales, 15, o 20 nuevos gobernadores al servicio de la democracia respaldados por la MUD. Eso es perfectamente posible; se trata de demostrar nuestra fuerza –otra vez- de manera cívica, pacífica, electoral, y constitucional, de manera serena, pero firme; sin estridencias, para alcanzar plena UNIDAD, y garantizar el mayor triunfo posible. Se puede!
Por: Román Ibarra @romanibarra
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