El PSOE de Lugo deberían pedirle al abogado socialista José Mariano Benítez de Lugo que elimine del apellido esa mención a su ciudad, sede de un Festival Internacional de la Retranca, después del revolcón que le dio Mariano Rajoy con ese irónico más que sarcástico humor gallego como testigo del caso Gürtel.
El diputado por Pontevedra y presidente del Gobierno fue citado este jueves por la Audiencia Nacional (AN) para obtener información sobre los fondos ilícitos que recibía su partido en dos municipios madrileños hace hasta 17 años.
Literalmente levitó porque las cuestiones de dinero, según dijo, quedaban abajo. Él moraba por las alturas de la política. Desde arriba, preguntó con sorna: ¿Cómo voy a saber yo de los asuntos económicos de ocho mil ayuntamientos?
El señor Benítez de Lugo, representante de la Asociación de Abogados Demócratas por Europa, cercano al PSOE, parecía un aliado del PP con sus preguntas desordenadas y mal planteadas.
Cuando le preguntó a Rajoy quién le había pagado un viaje a Canarias hace trece años este respondió que “el PP, hasta donde yo sé…”.
“Me está respondiendo usted a lo gallego”, protestó De Lugo y Rajoy con cara maliciosa respondió, “contesto a lo gallego, no voy a hacerlo a lo local”; lo local era San Fernando de Henares, donde está una sede de la AN.
Otras versiones dicen que contestó “a lo gallego, no voy a hacerlo a la riojana”, lo que sería más gracioso teniendo en cuenta que las patatas a la riojana llevan un delicioso choricillo picante llamado también chistorra.
En otra ocasión, y ante una pregunta fútil, Rajoy contestó malévolamente que “se ha confundido usted de testigo”.
Y a otra apelación juzgó que el razonamiento del abogado “No parece muy brillante”; el señor De Lugo parecía querer escapar de esa ciudad de su burlón apellido.
El presidente del tribunal tuvo que cortar preguntas y respuestas extemporáneas, y finalmente Rajoy salió levitando y virginal.
La ingenuidad de las preguntas lo habían presentado como el líder del PP que limpió su partido deshaciéndose de los corruptos, incluso antes de tener pruebas contra ellos.
Y Sánchez e Iglesias Turrión pidieron luego su dimisión, cuando por este camino obtendrá otra mayoría absoluta gracias a que, haciéndose trampas ellos mismos a las cartas, "se las ponen" como los cortesanos a Fernando VII para que les ganara.
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SALAS