En 1989 Jordan Mechner sorprendió a propios y extraños con Prince of Persia gracias al extensivo uso de la rotoscopia en la animación de los personajes, un complejo sistema de puzzles para poder avanzar de nivel más el reto adicional de que se debía completar en menos de una hora; todos estos factores lo convirtieron en un éxito inmediato en todos los sistemas en donde hizo aparición, así que aprovechando las bondades técnicas de la Super Nintendo, Konami se hizo con la licencia y le encargó a Arsys Software desarrollar una versión para este sistema que más allá de ser un simple port, se trató de una versión extendida con un apartado técnico fenomenal que convirtió esta aventura en algo nuevo que todos deberían probar al menos una vez.Continue...