- Introducción y reflexiones
- Cacharreo, retrodesarrollo, indies, webs, podcasts y asociaciones (Próximamente)
- Arcades, tiendas y revistas (Próximamente)
- Actividades, charlas, exposiciones y presentaciones (Próximamente)
- Curiosidades y más información (Próximamente)
La edición de este año de RetroMadrid ha sido, cuanto menos, polémica. Es una pena que un evento que se planifica durante meses se pueda echar al traste con unas decisiones políticas de última hora, pero es básicamente lo que ha ocurrido este pasado fin de semana. Llevo varios años siendo testigo de su evolución, de cómo se intenta ir superando obstáculos, y de cómo aparecen otros nuevos… y creo que en este 2014, por diversas circunstancias, se marca un punto de inflexión en la feria, que seguramente decidirá su futuro.
Ley de Murphy
El año pasado se criticaron principalmente tres aspectos: la falta de iluminación natural en el pabellón, la mala acústica en las charlas, y los aglomeramientos en ciertas ocasiones. En esta ocasión se solucionaron estos problemas, ya que se disponía de mucha más superficie, se abrieron los paneles del techo para dejar pasar más luz, y se llevaron las charlas a la Cineteca, lo cual permitió disfrutarlas como es debido.
Sin embargo, el destino -y especialmente el Ayuntamiento de Madrid- quiso que se torcieran las cosas. Se abrieron las puertas al público con cierto retraso, la cola iba bastante lenta, y parece ser que alguien avisó a los Municipales para ver si se aceleraba el tema. A pesar de que el aforo del pabellón era de más de 1000 personas, lo limitaron artificialmente a 400 cuatro días antes y la policía obligo a cumplirlo, lo que produjo un “goteo” de gente que empeoró aún más las cosas. Si a eso le sumamos que había que validar las entradas en otra cola -algo que impuso Matadero poco tiempo antes-, tenemos un cóctel explosivo: una lluvia de hojas de reclamaciones, y mucha gente gritando indignada por lo ocurrido. Esto es a grandes rasgos lo que pasó, pero podéis saber más sobre el tema en el comunicado oficial que ha publicado la organización.
Es un caso típico de la ley de Murphy, que se ve amplificado por el hecho de que el equipo organizativo de RetroMadrid es muy pequeño: sólo quince personas. Por si fuera poco, dentro del pabellón se tuvieron que arreglar ciertos problemas que provocaban caídas del cuadro eléctrico, y encima varias cuestiones técnicos y la rigidez de la organización de Matadero complicaron el inicio de las charlas en la Cineteca. Si a esto le sumamos los problemas derivados por el aforo y las entradas -que se dejaron de vender temporalmente en la taquilla a una hora muy temprana-, es lógico que en un evento de esta magnitud las cosas se tuerzan. Personalmente pido un poco de comprensión, y aunque conozco gente que se tuvo que ir a pesar de haber venido de puntos bastante lejanos de la capital -incluso alguno desde fuera de España-, creo que hay que conocer las circunstancias antes de echar culpas a diestro y siniestro.
Además, creo que también es justo reconocer el esfuerzo de la AUIC y los expositores para abrir otro pabellón con asistencia gratuita el domingo, para intentar paliar los problemas del día anterior. Todo eso no se hace sin ganas ni amor por todo lo que significa RetroMadrid.
Mi experiencia personal
Este ha sido el primer año desde hace tiempo en el que he podido asistir prácticamente todo el día, con la intención de hacer el clásico artículo lo más completo posible. También ha sido la primera vez que he podido acudir a varias conferencias, y he comprobado que incluso doce horas te saben a poco, y siempre sientes que te has dejado la mitad de la feria por ver.
Tuve la suerte de estar por allí una hora y media antes de la apertura oficial, echando una mano a mi amigo Miguel Ángel Montejo (Radastan) en el montaje de su stand de Bytemaniacos. También pude ver cómo son los momentos previos del evento, y la verdad es que ha llovido bastante desde que eché un cable a CEZ en el 2008, el primer año en el que la feria abandonó la denominación de MadridSX & Retro, y empezó a llamarse RetroMadrid.
Como esta vez tengo bastante material, he decidido dividir el reportaje en cinco partes. La primera es el texto que estáis leyendo ahora mismo. Posteriormente escribiré sobre el cacharreo y los desarrollos que se pudieron ver por ahí. En otro artículo, podréis ver las distintas tiendas, la zona arcade, y las manualidades que se podían comprar en la feria. El cuarto artículo versará sobre las charlas, actividades, exposiciones y presentaciones que tuvieron lugar el pasado fin de semana, y por último comentaré algunas curiosidades y pondré los enlaces que encuentre con más cobertura, fotos, vídeos y discusiones en foros. Espero que los disfrutéis, sobre todo aquellos que por unas circunstancias u otras no hayáis podido asistir.
¿Puedo saludar?
Ahora viene la parte que muchos se saltarán directamente si no me conocen de nada -yo lo haría-, ya que voy a intentar nombrar a todos los que pude ver el sábado y no estaban en ningún expositor. Espero no dejarme a nadie, y tampoco voy a seguir un orden particular…
En primer lugar mando un abrazo a esa encantadora pareja alcalaína formada por Nuria y Rafa, de Diario de un Jugón. Siempre me reciben con una sonrisa, y da gusto hablar de cualquier tema con ellos. Seguimos con otra pareja, platónica pero inseparable, formada por Ricardo y Marçal. Últimamente he podido coincidir con ellos en varias ocasiones, y os aseguro que son incluso mejores personas de lo que aparentan en la red. Como también ocurre con Ricardo Lázaro, que parece algo “hater” en Twitter, y luego es un cacho de pan
Este año pude desvirtualizar a Álvaro, que no sólo sabe de videojuegos, sino también… de vino. También tuve el placer de conocer personalmente a David, alma mater de RetroManiac, y es de esas personas que parece que conoces de toda la vida. Otro que venía de Málaga era Toni Gálvez, un tipo entrañable que andaba grabadora en mano para ver si cazaba a alguien para el podcast de MSX Extendido. Y algo especial debe tener esa tierra, porque también pude charlar un rato con Raúl, y lo que hablamos me alegró aún más si cabe el sábado.
Ese día también aproveché para hacer algunos “trapicheos” en mano, y fue una ocasión perfecta para encontrarme de nuevo con Fede Álvarez… y también con un pobre usuario del foro de Commodore Manía que finalmente se quedó sin entrar.
Un habitual de la feria es ese crack del joystick que es Fran, que obviamente pasó bastante tiempo cerca de la zona Amstrad, y que tras saludar por la mañana se me pasó hablar con él como es debido. Por lo que se ve, debía estar bastante despistado, ya que me crucé varias veces con Óscar, y nos chocamos unas cuantas veces “sin querer”. Otro con el que me “tropecé” fue con Jesús, al que no veía en persona desde hace tiempo.
Al igual que el año pasado, también vi a Bruno y a Marcos, que parecía que estaban en su salsa entre tanto juego retro, y tanto conocido del sector… como los dos Danieles de Axel Springer. Con Dani Quesada no tuve tiempo de charlar como hubiese querido, y con Daniel Acal había tenido un pequeño “encontronazo virtual” el día anterior…
Y por supuesto, no me puedo dejar a todo el equipo que ha hecho que esto haya salido adelante. A Rafa y a Alejandro les vi apagar -casi literalmente- algunos fuegos. El pobre Jesús tuvo que dar la cara por los problemas técnicos en la Cineteca, y por la poca flexibilidad de Matadero. A Paco “ZX4Ever” le tocó la difícil tarea de estar cerca de la venta de entradas. Y también vi a Roberto, a Daniel, a Miguel y a su mujer, y al resto del equipo apurados por intentar que todo saliese lo mejor posible. A todos ellos: gracias.
Bonus
Si habéis llegado hasta aquí, os merecéis un premio… aunque tengo que admitir que el vídeo que he puesto a continuación no es precisamente una maravilla. Lo grabé para tener una referencia visual de los stands a la hora de escribir el artículo, pero como sale el mítico Javier Cubedo saludando, y alguna que otra cosa curiosa, he decidido publicarlo. Si necesitáis bolsas para el mareo, podéis encontrarlas debajo de vuestros asientos…