A pesar de los recursos políticos, económicos, mediáticos y financieros que se dedican a la oposición cubana, ésta siempre ha carecido de toda base popular. Además, está profundamente dividida y envejecida. Es la amarga constatación que hace Jonathan D. Farrar, ex jefe de la SINA en La Habana, en un memorándum confidencial del 15 de abril de 2008 titulado “Estados Unidos y el papel de la oposición en Cuba” dirigido al Departamento de Estado.[1]
[1]http://islamiacu.blogspot.com/2010/12/via-wikileaks-disidencia-cubana-segun.html