Hay veces que en la puerta del cole los padres comentamos y hablamos acerca de lo mal o lo bien que le va a nuestro hijo con su profesor, pero luego son muchas las veces que no lo aclaramos con ellos directamente y se crea un descontento general entre padres y profes que al final no soluciona nada. Flavia como profesora nos cuenta lo que se siente desde ese lado. Te recuerdo que puedes visitar su blog Flavia de los extraños talentos para ver todo lo que hace y conocerla mejor.
"En esta ocasión quiero contaros cómo me siento o lo que pienso respecto a las reuniones de padres con profes (permitidme utilizar este término sin aplicarle ningún tipo de connotación de etapas o niveles de implicación en la enseñanza). Me baso en mi experiencia personal con padres de niños de primaria, y no es válida para todos los que nos dedicamos a la enseñanza en este país.Para empezar, considero importante la forma en que me piden las reuniones. Está claro que cuando nos comunicamos por escrito no podemos expresar entonación o intención, pero hay muchas formas de expresarse. Yo no reacciono igual ante un correo extremadamente formal que ante otro que demuestra más cercanía. Todos son correctos, pero si me tratan de usted, por ejemplo, pienso que están imponiendo una distancia entre nosotros, algo que otros considerarían señal de respeto hacia el profesor. Mi visión es que tanto padres como profesores tenemos el mismo objetivo: que los niños crezcan felices, que no se frustren, que salgan adelante a pesar de las dificultades que les pueda suponer una materia, que no se rindan, que sean educados… Y creo que si queremos conseguir eso debemos trabajar de forma cercana.A mí, personalmente, me gusta sentarme al lado de las familias y no en frente con una mesa en medio que pueda suponer un obstáculo físico simbólico en la relación. Me gusta valorar el esfuerzo que hacen las familias por el simple hecho de venir a una reunión, así como el que hacen en casa a diario con sus hijos. Por eso, intento que se sientan bien agradeciendo su asistencia, valorando los aspectos positivos de su trabajo y halagando las virtudes de sus hijos. Intento no centrarme en el hecho que nos reúne en ese momento (mal comportamiento, falta de trabajo, falta de motivación…) sino en las soluciones que le podemos dar a ese hecho. Intento que confíen en mí mostrándome cercana a ellos, que me transmitan sus preocupaciones y que entiendan que estoy con ellos y no contra ellos.Pero también espero cosas de los padres, que es lo que quizá os pueda servir de más utilidad a las lectoras de este blog. Espero que no se cierren en banda(y esto se nota especialmente cuando te enfrentas a alguien que nada más sentarse cruza brazos y piernas y se recuesta en la silla mostrando distancia e incredulidad), espero que confíen en que lo que digo es verdad, puesto que no tengo ninguna razón para mentirles. Creo que hablo por todos los profesores y maestros del mundo cuando os digo que no nos inventamos las cosas, que si os decimos que vuestro hijo ha hecho algo es porque realmente lo ha hecho, aunque a vosotros os parezca que es imposible porque nunca habéis visto ese tipo de comportamiento en vuestro hijo. Las personas actuamos de formas distintas cuando nos encontramos en entornos diferentes. Los niños también. Lo que hacen se puede deber a malas influencias, a la consecuencia de otro suceso anterior provocado por otro niño, a poner a prueba los límites del profesorado, o a cualquier otro motivo. En cualquier caso, por favor, tened claro que no mentimos, mucho menos con la intención de haceros daño a vosotros o al propio niño.Espero que no excusen a sus hijos (el típico “yo también era así de pequeño”), sencillamente porque no busco una excusa, sino una forma de solucionar el problema. Espero que respeten mi labor y hagan que sus hijos también me respeten como autoridad en el colegio.Espero que si tienen algún problema con la asignatura, que no saben cómo ayudar a sus hijos, cómo explicarles o cómo afrontar el estudio en casa, me lo digan como muy tarde al terminar el primer trimestre, no a final de curso, cuando ya no se puede hacer nada para arreglarlo.Pienso que cada niño tiene una forma distinta de aprender y que hay que explicar las cosas de formas distintas, que no siempre llegamos a todos los alumnos. Por eso mismo, si pensáis que el profe no llega a vuestro hijo hacédselo saber, por supuesto, con respeto y tacto, a nadie nos gusta que nos digan que no hacemos bien nuestro trabajo. Vosotros sois los que mejor conocéis a vuestros hijos y la mejor fuente de información para que nosotros (al menos yo) consigamos mejorar y trabajar con ellos. Considero que no hay que sacar del aula a hacer un apoyo a un niño en particular si eso que vamos a hacer con él no es malo para sus compañeros. Traducido en positivo, si con un alumno voy a hacer algo para ayudarle que también pueden hacer sus compañeros y les puede ayudar, ¿por qué no hacerlo con todos?. Esto concretamente me ha ayudado mucho en mi día a día, y ha sido gracias a que ha venido alguna familia a transmitirme sus inquietudes y me ha pedido, por ejemplo, que les mandara fichas de refuerzo para trabajar en casa. No sólo se las he mandado a ese alumno, sino que he aprovechado el trabajo para que lo realizaran todos, y siempre he conseguido que todos mejoraran. Por lo tanto, poneos en contacto con los profes de vuestros hijos en cuanto intuyáis un problema para solucionarlo cuanto antes y no cuando sea demasiado tarde. Hablad con nosotros, pedid ayuda si es necesario, no es un síntoma de debilidad o inferioridad, todos pedimos ayuda cuando no sabemos o no podemos hacer algo (excepto los hombres cuando se han perdido, perdón, cuando se han despistado, que diría mi marido, jejeje). Entre los padres de niños de la misma clase soléis tener grupos de wasap en los que comentáis vuestras inquietudes, pero muchas veces ninguno las habláis con el profesor correspondiente. En ocasiones, me han llegado familias y me han comentado alguna de esas preocupaciones añadiendo que no son los únicos en esa situación, que el resto de los padres están esperando a que ellos salgan de la reunión para que les digan qué hay que hacer. En ese caso ¿por qué ninguno de todos ellos ha venido a hablar conmigo para resolver ese problema hasta pasado más de medio curso?Quizá os puedan ayudar frases como:- “Vaya, me sorprende muchísimo que Pepito haya hecho eso, nunca lo habíamos visto, ¿a qué crees que se debe? ¿cómo podemos atajarlo?”- “Nos preocupa mucho la actitud de Pepito respecto a la asignatura, dice que no te entiende” (para mí, la palabra “preocupa” es mágica).- “Estamos un poco perdidos en casa con esta asignatura, no sabemos cómo orientar a nuestro hijo para que la estudie de forma productiva ¿nos puedes ayudar?”- “Nuestro nivel de inglés no es suficiente para que podamos ayudar a nuestro hijo con la asignatura de Science, ¿existe el mismo libro en español para que podamos al menos entender lo que se explica en el suyo?”No hay que acatar las soluciones del profesor como si fueran una verdad absoluta. Como ya he dicho antes, vosotros conocéis a vuestros hijos mejor que nadie y pienso que podéis y debéis proponer al profe vuestras propias soluciones si consideráis que las suyas no van a surtir efecto o no vais a ser capaces de llevarlas a cabo porque sois de una opinión opuesta a esa solución.En fin, que no me quiero enrollar más. Mi conclusión es que tengáis a los profesores y maestros como personas con las que trabajar conjuntamente y no contra las que luchar, que habléis con ellos con respeto pero con cercanía, que seáis abiertos en vuestros sentimientos y preocupaciones y pidáis ayuda si es necesario.Espero que esto os haya sido útil y no haberos cansado mucho.
Muchos besos a tod@s y hasta la próxima".