Reuniones de trabajo: 10 claves para superar un clima de escepticismo.

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

por Por Paulino Etxebeste.

En la mayoría de las sesiones de trabajo que se dan en las organizaciones las líneas de trabajo dominantes se caracterizan por la analítica, la lógica, y el enfoque a los resultados (todo esto, en el mejor de los casos) y un gran miedo a la falta de concreción y la divergencia.

Creatividad con Escépticos I

En este tipo de ambiente o cultura nos vamos a encontrar con frenos a la hora de plantear sesiones con un enfoque más creativo y “libre”. Voy a proponer en dos entradas algunas formas de afrontar este cometido en ambientes más o menos excépticos u hostiles.

1. Clarificar continuamente el proceso diluyendo el miedo a la desorientación.

La mayoría de nosotros no estamos acostumbrados a trabajar en procesos abiertos y todo lo que huela a ambigüedad nos hace sentir incómodos.

Es importante que al iniciar una sesión de pensamiento creativo se planteé el proceso general que se va a seguir en forma de mapa mental. Diferenciando las dos fases claves, la divergente y la convergente.

La fase divergente es aquella en la que provocamos que las personas piensen con enfoques no tradicionales.

La convergente es el análisis, evaluación y selección de las múltiples ideas que se generan en la fase anterior.

Pues bien, lo habitual es que las personas no entrenadas se muestren más nerviosas o reacias en la fase divergente. La tarea del dinamizador consistirá en recordarles periódicamente en qué parte del proceso general se encuentran… “Este es el objetivo” . “Esto es lo que hemos hecho..”. Aquí es donde nos encontramos ahora”. “Y nos dirigimos a allí”. ¿Alguna pregunta?.

2. Los participantes hablan de sus momentos EUREKA!

Es interesante plantear alguna dinámica en la que los participantes identifiquen las ideas que han tenido en alguna ocasión. Hay que hacerles ver que la “creatividad” no es una cuestión ajena a nadie (aunque en muchas ocasiones lo creamos así).

A partir de esos datos, interesa que analicen, cuales fueron las condiciones en las que surgieron dichas ideas. Se encontraban conduciendo, duchándose, afeitándose, nadando, corriendo, leyendo …

Se sorprenderán de las historias que escuchen y es probable que cambie su actitud y disposición para afrontar las siguientes etapas.

3. Identificar y eliminar los supuestos limitantes.

Un ejercicio de autoánalisis que nos permita identificar nuestros frenos más importantes a la hora de afrontar retos de cualquier tipo, y su puesta en común, puede ayudar a generar un clima de confianza.

Las seis caras de mi caja, es una dinámica que consiste en definir en cinco minutos los seis elementos que más nos limitan a nivel personal, la creatividad o la búsqueda y aplicación de soluciones diferentes.

La puesta en común de dichos elementos nos hará ver que muchos de ellos los compartimos la mayoría, también servirá para tomar medidas e intentar minimizarlas.

4. Promover la fluidez de ideas.

La fase divergente de la mayoría de las técnicas creativas buscan la fluidez de ideas. Es decir, necesitamos muchas ideas, cuantas más mejor.

Es importante que en todo momento se haga hincapié en este detalle e ir animando a la gente a que se enfoque en la cantidad.

El afán perfeccionista y la autocensura son dos problemas que hay que atajar cuanto antes.

Para ello es bueno, que se haga algún “ejercicio de calentamiento“, para que la gente se relaje y vaya soltando ideas locas, ayudará a que se genere el clima adecuado.

5. Aliarse con el humor.

El sentido del humor nos ayuda a ver las situaciones, que se nos presentan en la vida cotidiana, desde diferentes ángulos o perspectivas por lo que se relaciona con un aspecto importante de la creatividad que es la de percibir de manera nueva y original.

El sentido del humor y la creatividad además comparten la operación de juntar elementos que no tienen una conexión obvia y crear una relación entre ellas.

El humor es además una buena herramienta para que las personas se relajen y afronten los retos con más naturalidad y dinamismo.

 Creatividad con Escépticos II

Continúo con la segunda parte del tema que comencé a desarrollar en esta entrada. Sigo por tanto proponiendo algunas formas de acometer sesiones de trabajo creativo en ambientes más o menos excépticos u hostiles.

6. Cambiar el tipo de dinámicas.

No es sano, ni eficaz ni útil pasar 2, 3 o 4 horas seguidas haciendo lluvias de ideas. El pensamiento creativo como la vida misma obedece a leyes naturales.

Es por tanto importante que cuando se diseñe este tipo de sesiones se alternen dinámicas de generación de ideas con otras que sean más prácticas o físicas, enfocándolas por ejemplo al tema experimental (o prototipado).

7. Mencionar que el caos precede a los avances creativos.

Las personas lógicas y analíticas rara vez se sienten cómodas con la ambiguedad, el caos y lo desconocido. Todo parece complicado. Desorganizado. Poco profesional.

Picasso dijo “que el acto de creación es ante todo un acto de destrucción”.

Cuando se perciba que una sesión está llena de ambiguedad y contradicciones y la gente se pone nerviosa, hay que recordarles que ese es el estadio previo a los avances creativos.

Es más, el dinamizador debe procurar generar ese tipo de caos en sesiones en los que aparentemente todo va “demasiado fácil”.

8. Establecer los criterios de evaluación y selección.

Tenemos que tener definido con claridad cual va a ser el procedimiento que vamos a emplear para evaluar y seleccionar las ideas.

Es habitual que despues de una sesión de Brainstorming las personas que han participado en ella se queden con la sensación de que no ha servido para mucho. La razón fundamental es que no se tiene definido cual va a ser el método de evaluación selección de ideas, cuales valen y cuales no.

Después de la fase divergente la gente tiene que ver que su trabajo se ha concretado en unas opciones que sirven para seguir trabajando sobre ellas.

9. Actuar como arbitro.

Aunque se repitan una y otra vez las reglas básicas de “suspender el juicio”, “retrasar la evaluación” etc, es habitual encontrarnos con personas que se saltan las reglas y entorpecen el proceso.

El dinamizador tiene que ejercer de árbitro y llamar al orden en cuanto se dejen de respetar las reglas, en aras a que el “partido” se desarrolle adecuadamente.

10. Dialogar con las personas difíciles en los descansos.

En casos extremos, nos podemos encontrar en alguna sesión con alguna persona muy testaruda. Puede que sea una persona muy inteligente, competente, experimentada y con la arrogancia suficiente para hacerte sentir incómodo. Estas personas pueden afectar (muy negativamente) al grupo, especialmente si ocupan puestos de poder en la organización.

Es un riesgo jugar con estas personas intentando de conseguir su aprobación. En la mayoría de los casos no lo vas a conseguir. Es preferible dialogar con ellos en privado, prestándoles atención e intentando descubrir la manera de que revisen su enfoque o actitud.

Estas personas pueden ser portadoras de una sensibilidad particular que debe ser tenida en cuenta, porque es probable que otras personas en la sesión sientan lo mismo, pero no hayan mostrado su verdadera disposición. Por lo tanto no hay que temer a este tipo de gente porque pueden ser un recurso muy valioso.

Autor Por Paulino Etxebeste.

Fuente http://manuelgross.bligoo.com/20121229-reuniones-de-trabajo-10-claves-para-superar-un-clima-de-escepticismo

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