Los vecinos del barrio Ciudad Nueva, en el norte de Ciudad de Guatemala, recuerdan que empezaron a escuchar ruidos extraños bajo el suelo, y después ligeros temblores que cesaban de pronto. Un día, sin previo aviso, la tierra se hundió, tragándose un edificio entero de tres pisos.
Ahora se sabe que los ruidos eran bloques de tierra que se desplomaban internamente dentro de un socavón de 45 metros de profundidad y 20 de diámetro.
Las causas del hundimiento, ocurrido en junio pasado, empiezan a conocerse gracias al trabajo de un grupo de científicos del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Los primeros resultados hablan de una serie de factores que causaron el cráter, dice René Chávez, líder del proyecto de investigación.
El tipo de suelo es débil, creado a partir de residuos volcánicos; la zona del hundimiento se encuentra en un cauce natural de escurrimiento de las zonas altas que al construirse casas y calles se convirtió en corriente subterránea. También hay varios drenajes clandestinos.
Y además, existe un colector de aguas residuales construido hace unas cinco décadas que pudo haber ayudado a la erosión del terreno.
“Lo que pensamos es que el agua encontró algún obstáculo y empezó de alguna manera a deslavar el material, ese hueco empezó a crecer de abajo hacia arriba”, dijo Chávez en conversación con BBC Mundo.
Drenajes clandestinos
El hueco se habría formado durante varios años, incluso décadas explicó Chávez.
La erosión alcanzó tal punto, que el suelo no pudo resistir el peso de las construcciones en la superficie y entonces se vino abajo.
El punto de quiebre pudieron ser las lluvias intensas causadas por la tormenta tropical Agatha, que afectó a Guatemala en los días que se abrió el cráter.
Hay otros elementos adicionales, como los drenajes clandestinos que no se conectaron a la red central, sino probablemente a alguna grieta en el suelo.
Los desechos así desalojados contribuyeron a deslavar el terreno.
“No fue de un momento a otro, hubo desprendimiento de bloques de manera diferenciada”, explicó a BBC Mundo David Zamudio, coordinador de Vinculación del Instituto.
El pozo tiene forma cilíndrica los primeros metros, pero después se ensancha en una enorme caverna.
¿Y el colector?
Uno de los elementos más polémicos del fenómeno es el colector de 2,5 metros de diámetro que cruza la parte norte de la capital guatemalteca.
De acuerdo con los expertos, los indicios encontrados hasta el momento señalan que el túnel construido para asentar el tubo no tuvo suficiente compactación, o bien la técnica utilizada entonces no contemplaba lluvias como las que se han presentado en los últimos años en la región.
El agua proveniente de filtraciones pudo haber desgastado ese túnel, lo cual contribuyó a desgastar el terreno.
En el sitio del hundimiento había una lumbrera o pozo de visita, es decir, un tubo utilizado para supervisar el estado del colector.
Se trata de un elemento importante, dijo Chávez, porque esta lumbrera pudo hacer girar la corriente de agua y aumentar con ello el desgaste de las paredes.
A esta hipótesis contribuye el hecho de que en 2007 se presentó un cráter similar a unos kilómetros de Ciudad Nueva, y también en la ruta que sigue el colector.
En el área del primer hundimiento también existía una lumbrera.
Tomografía del suelo ¿Puede haber nuevos cráteres en la ciudad de Guatemala?
Tal vez, dicen los investigadores de la UNAM, y para prevenirlos organizaron nuevas visitas a ese país para estudiar el terreno, especialmente el colector de aguas residuales.
La idea es medir la resistividad del terreno a través de una tomografía eléctrica, en un tramo de 1,5 kilómetros de largo y una profundidad de 100 metros.
Con el resultado de esta tomografía se podrán conocer los riesgos de hundimientos, y eventualmente desalojar las zonas en peligro.