Lo reveló el 10 de enero último, desde Estados Unidos, Javier Antonio Calle Serna, uno de los hermanos narcos “Comba”, en una confesión hecha a un fiscal colombiano. En el encuentro, el delincuente afirmó que entre 2010 y 2011 él y otros capos del narcotráfico, como Diego Rastrojo, Cuchillo y el Loco Barrera, quisieron proponer al gobierno desarmar sus mafias y acabar con el narcotráfico en el país.
Estas revelaciones acaban de ser publicadas por el diario colombiano El Espectador que precisa como los tres capos confiaron en Rendón, para obtener del gobierno la aceptación de su plan de sometimiento a la justicia y transmitirlo al jefe de Estado.
Según El Espectador, la propuesta fue remitida a través de un documento con las huellas de los mafiosos y un video, pero “finalmente no cuajó” porque, según Comba, se exigió un acompañamiento del gobierno americano que nunca llegó.
“El Gobierno colombiano dilató el proyecto y empezaron a capturar a mi gente; al ver que pasaba el tiempo y no sucedía nada tomo la decisión con el gobierno americano y me entrego”, dijo.
Al diario que lo consultó, Rendón “desmintió” la entrega de cualquier dinero, y afirmó que “por su cercanía con el presidente” Santos en 2011, unos abogados, que representaban a estos capos, le pidieron que sirviera como puente con las autoridades.
Rendón, prófugo de la Justicia venezolana, famoso por el cinismo de sus métodos, aseguró que simplemente ofició “como un canal para llevar esa correspondencia” a la Fiscalía.
“Hubo una gestión. Me reuní con el presidente, le entregué eso y me fui. El presidente dijo que la Fiscalía se encargaría de eso”, pretendió el organizador de campañas electorales caracterizadas por su suciedad. “Esta denuncia parece otro complot en mi contra”, sugirió Rendon, hoy asilado en Miami, a pesar de las denuncias del gobierno venezolano y de ser reclamado por Interpol.
Entrevistado, su abogado Abelardo de la Espriella, admitió enigmatícamente que tanto el presidente como la entonces fiscal (Viviane Morales) “sabían de los acercamientos de J. J., que tenían como único propósito la entrega de un grupo significativo de narcotraficantes y generar un hecho político favorable al Gobierno”
Al investigar el caso, El Espectador accedió a un extenso documento de 109 páginas titulado “Agenda para solucionar el problema del narcotráfico y la violencia que genera”, elaborado en junio de 2011, en el que se establecía que J. J. Rendón oficiaba como “estratega general” de esta propuesta.
El Espectador precisa que varias fuentes confirmaron que este proyecto fue conocido no solo por el alto gobierno, la exfiscal Morales, la dirección de la Policía, los intermediarios del proceso y el presidente Santos, sino también por funcionarios de la Embajada de Estados
Unidos..
Escribe el autor del articulo: “A pesar de que J. J. Rendón le dijo a este diario que nada de secreto tenían estas aproximaciones, lo cierto es que sólo hasta hoy el país se entera de la propuesta en detalle que en el año 2011 le formalizaron los mayores capos de la droga”.
Fuentes confirmaron a El Espectador que J. J. Rendón sí participó activamente en la gestación del plan aunque “él sostiene que ofició como un simple mensajero y que poco se enteró de las minucias del proceso”.
“Ahora deberá responder a la acusación de que se le entregaron US$12 millones para cabildear esta propuesta, un señalamiento que él redujo a un nuevo complot en su contra”, concluye el periodista, Juan David Laverde Palma (@jdlaverde9).
Rendón ha asesorado durante los últimos 27 años las campañas presidenciales de Enrique Peña Nieto, Juan Manuel Santos, Álvaro Uribe Vélez, Porfirio Lobo, entre otros. El descrédito, el desprestigio y las más groseras mentiras son su principal estrategia.
Sin escrúpulos, Rendón declaró en una entrevista con la periodista colombiana Maria Jimena Duzán que es un asesor antiético porque “eso de la ética es para los filósofos”.
En Miami, Rendón se mantiene en contacto con la red criminal del terrorista Luis Posada Carriles, asesor de cada conspiración para derrocar, por todos los medios, al gobierno de Venezuela. Lo confirmó la reciente publicación en Caracas de un intercambio de correos entre Rendón y Ricardo Koesling, un cubano-venezolano que desde décadas se mueve a la sombra de Posada.
Aunque se encuentra bajo una orden de captura de Interpol a solicitud de la justicia venezolana, Rendón permanece en EEUU con la total complacencia y protección de las autoridades migratorias y del FBI.
Si rechaza las informaciones sobre la propuesta (millonaria) que hizo al gobierno colombiano, Rendón no niega su relación con unos de los capos de la droga más peligrosos del mundo que vieron en él un hombre de confianza.
Las relaciones a menudo dudosas que mantiene él que se pretende “samurai”, el secretismo que siempre afecciona, lo inmoral de las campañas de difamación que comercializa, permiten por cierto poner en dudas sus afirmaciones./Cortesía del autor con el Grupo Cubacoraje