¡Buenos días! Tocaba volver de nuevo. A veces me alejo, me aparto de esto, pero lo que es volver, vuelvo siempre. L@s que me conocéis, sabéis los años que llevo intentando alcanzar el nivel de una auténtica beauty blogger, sabéis que este mundo me apasiona y que, cuando me marcho (ya sea para ocuparme de otros asuntos que requieren toda mi atención o, por qué no, para recargar pilas) me llevo el blog, las redes sociales, y todo lo que implica conmigo. Hoy es un día especial y lo he escogido precisamente como día de fin de este paréntesis porque hoy justamente se cumplen cinco años que creé este espacio y comencé la aventura con vosotr@s. He aprendido mucho, he evolucionado mucho, pero aún me queda un gran camino por recorrer y mucho más aún que seguir aprendiendo. No sé cómo agradeceros que siempre estéis ahí, sin vosotr@s, como siempre digo, nada de esto tendría sentido. Y, ahora sí, vamos con la entrada que he escogido para hoy.
Si hay un producto de maquillaje que me produce fascinación, es, sin duda, las bases de maquillaje. Puede que sean mi producto de maquillaje favorito a excepción, quizás, de los coloretes, por los que tengo una
Lo primero que tengo que deciros es que se equivocaron al darme mi tono. Una auténtica faena, como bien sabréis. Mi tono debía ser, sin dudas, el 010, pero el que se vino a casa fue el 020. Sin embargo, me probaron ambos en el stand y, las cosas como son, me notaba mucho mejor en mi piel el 020. La dependienta me dijo que el 010 me haría “demasiado pálida” (craso error… ¡si es que yo SOY pálida!), y como el 020 me lo vi perfecto, me lo llevé.
Muchas gracias por seguir siempre al otro lado y por todo vuestro cariño,
Auxi