Se trata de un esmalte duocromo en dorado y verde que según como le de la luz se verá de un tono u otro (de eso tratan los duocromos) El bote tiene 10 ml y el pincel es de doble ancho, bastante bueno en mi opinión. Sobre su duración no os puedo contar nada, ahora veréis por qué.
El esmalte queda bien con dos capas, con una queda muy pobre y además se ve la línea blanca de la punta de las uñas, transparenta demasiado. Queda bastante uniforme, así como metalizado sin rallas feas. El tono va del verde oliva pasando por el bronce hasta un dorado no muy claro.
Ahora viene el problema: no me gusta nada como me queda. Supongo que será por el tono de mi piel, pero es que me sienta fatal... ya os lo dije por Facebook y algunas pensabais lo mismo. Lo probé en Marzo y me duró un día o dos puesto (me sentía una señora mayor hortera) y hoy lo acabo de volver a rescatar de la caja de los esmaltes, en Agosto, que ya estoy más morena, y me pasa igual... No creo que sea un tono que me favorezca en absoluto, así que le he hecho las fotos y fuera.
Creo que podría sacarle uso combinándolo con negro, por ejemplo, para hacer una manicura elegante o algo así. Quizá más adelante lo vuelva a sacar en el blog para sacarle provecho, pero más entrado el Otoño porque este tono no me apetece ahora en verano. ¿qué opináis?
Ahora voy a hablar el Reto #usaloya, propuesto por Toxic Vanity para que todas rescatemos esos esmaltes que casi ni hemos tocado y nos 'obliguemos' a usarlos. Yo no tengo muchos, unos 8 conté, así que calculo que estaré unos dos meses enseñando esmaltes 'inéditos' y manicuras con ellos cada viernes.
Lo genial de este reto es que podéis participar cualquiera, aunque no tengáis blog :D Podéis subir vuestra manicura a las redes sociales con el hashtag #usaloya o simplemente uniros desde el anonimato. ¿No es una idea fantástica?