Review: Juego de Tronos, Temporada 1. Doctorado en épica

Hablar del fenómeno mediático en el que se ha convertido Juego de Tronos en el mercado adulto, es imaginar un estilo Harry Potter para adolescentes. Y es que la temática que maneja la serie, que es íntegramente fiel a la fuente original que es el libro (para leer la reseña en mi blog acá), es totalmente no apta para mentes sensibles y menores de 21 años. Incesto, Traición, Lujuria, Poder, Venganza son los componentes básicos de la trama.Vamos, ¿es que el título del poster no les dice nada? "Ganas o Mueres"
Sí. Es una historia de fantasía. Y como tal, tenemos a las Princesas, Los caballeros. Y hasta Dragones y Zombies (2 minutos de los White Walkers bastan para no olvidarlos el resto de su vida). Pero más allá de convertir a la magia estilo medieval en el alma de la serie, pasa a un segundo plano. Como parte del ambiente. Como una montaña más o un castillo más de las impresionantes locaciones que maneja la serie. Como un vestuario o una espada con nombre. Simplemente un elemento imperceptible. Porque lo que nos hace las delicias, no es sólo el gran elenco que tiene: Sean Bean, Mark Addy, Peter Dinklage (ganador del globo de oro), Michelle Fairley, Lena Headey o Jason Momoa. Tampoco son las impresionantes locaciones en Irlanda del Norte, Malta o Croacia. ¿Qué es entonces?
John Snow y su medio hermano Brandon Stark en una escena clave de la serie
Para empezar, el esfuerzo de la producción de HBO por construir visualmente una de las series más complejas en mucho tiempo. Segunda, como ya lo hablamos, la fidelidad al material de origen, que por sí solo es maravilloso. Y tercero, que con sólo 10 capítulos de la primera temporada, esos giros argumentales nos hacen mantenernos en vilo en cada episodio para saber quién traicionará a quien en el próximo episodio. Y es que, si bien en la propaganda aparece el patriarca de los Stark (y no, no hablamos el universo Marvel), ellos distan mucho de ser los protagonistas. Cierto es que se les da más tiempo en pantalla, pero todos tienen una voz para contar su propia historia. Y así, un consejo que les puedo dar, es que no se pierdan un capítulo, un diálogo o una escena, porque todo se conecta. Todo nos lleva poco a poco a desenmascarar al traidor, a confiar en el amigo, aunque al final nunca le atinemos a pensar quien es el "bueno" y quien el "malo", porque al fin y al cabo, no es una serie que maneje los clichés de "soy malo porque se me antoja", sino que va más allá al explorar la naturaleza de los personajes y a encontrar sus propias motivaciones. A encontrar esa doble moral y a preguntar sobre si es correcto que el fin justifica los medios.
Lo que sí les puedo adelantar es la trama general. Poniente es un continente dividido en siete reinos, gobernado desde el sur por un rey sentado en el trono de hierro, y protegido al norte por un enorme muro de hielo que impide el paso de los "salvajes" hacia el reino. Pero justo es ese trono, el poder que posee y la avaricia que despierta, lo que, junto con la muerte y la venganza, inician una guerra de proporciones inimaginables por hacerse con el control del reino. Y todo lo que conlleva.
Es un hecho que Juego de Tronos es una de las mejores series en muchos años. Gente de Lost, Smallville, Six Feet Under u otro tipo de series podrá argumentar en mi contra, pero para mí, no hay serie que se iguale a la calidad que tiene ésta. Los Efectos especiales que se usan son pocos, pero bien logrados. Bien es cierto que las escenas eróticas abundan, pero al ser una producción de HBO, nada se guardan, y todo va crudo y literal. Realista si así lo quieren llamar. Pero lo que es un hecho es que mezclamos mística de películas como El Señor de Los Anillos, con un poco de El Padrino, Pulp Fiction y La Noche de los Muertos vivientes. Vamos, que hay para todos los gustos.
Y por favor, para quien, como yo, tenga pésima memoria para los nombres, si no puede conseguirse el DVD donde viene una guía con los personajes y sus relaciones familiares, anótese su propio árbol genealógico. Que personajes hay, y de sobra.
Lo último que me queda por decirles es: disfrútenla.