Ayer terminé de leer ‘No confíes en Peter Pan’, cuarta entrega de la serie detectivesca de John Verdon. Pero antes de dar mi opinión, querría apuntar que, en efecto:
Verdon vuelve a utilizar su manida fórmula para crear bestsellers
¿Qué significa esto? Pues que, si ya has leído alguna novela de esta serie, o si te pasaste por el artículo del blog donde analizaba la mencionada fórmula, ya te estarás haciendo una idea de por dónde van los tiros en esta historia. ¿A que sí?
Recapitulando, las novelas protagonizadas por Dave Gurney siguen todas la siguiente estructura:
- Presentación del personaje (Gurney) y su mentor (Madeleine).
- ¡Llamada a la acción! Un caso inverosímil.
- Dilema interno y discusión con el mentor.
- Empieza la investigación. ¡Con cautela!
- ¡La cosa se pone interesante!
- El mentor advierte. Más discusiones…
- ¡La cosa se pone peligrosa!
- El mentor se preocupa. Tiempo para la intimidad.
- Clímax y sorpresa final. Se desvela la identidad del villano.
- Anticlímax y vuelta a la normalidad. Se cierra el círculo.
En esta cuarta entrega, a Gurney se le presenta un nuevo caso interesante (y peligroso): Carl Spalter, un hombre poderoso con contactos en la Mafia, ha sido disparado por un francotirador en mitad del funeral de su propia madre. Tras el juicio posterior, su esposa resultó condenada a prisión por asesinato, y el caso fue clasificado. Sin embargo, Jack Hardwick, el inseparable Watson de Gurney, tiene motivos para pensar que el caso estaba corrompido desde el principio, así que convence a Gurney (¡vaya, no me lo esperaba!) para que investigue por su cuenta.
Es al principio de la investigación cuando Gurney descubre que el asesinato no pudo producirse tal y como indicaban las pruebas encontradas inicialmente en la escena del crimen. Era físicamente imposible. (Ahí lo tenemos, ¡el caso inverosímil!).
A mí, este planteamiento me gustó. Los primeros capítulos son frescos, y el caso, original. Estuve bastante enganchado durante toda la novela pensando en qué se iba a sacar de la manga Verdon esta vez para explicar ese asesinato, en principio, inexplicable.
El desenlace, sin embargo, me dejó algo frío. El clímax final lo encontré mal descrito (hasta el punto de hacérseme difícil visualizar las escenas en cuestión), y la explicación a todo el embrollo, así como el móvil del villano, me parecieron facilones.
En general, es un buen libro para los amantes del suspense que busquen un caso original y diferente. Pero como cuarto volumen de esta serie que se me empieza a antojar monótona, no deja de ser más de lo mismo con un final poco trabajado.
De quedarme con uno, me quedo sin lugar a dudas con el primer volumen de la serie: ‘Sé lo que estás pensando’.
Lo mejor:
- El estilo literario de John Verdon me sigue fascinando.
- El caso es atractivo y original.
Lo peor:
- Un clímax que recuerda a película de acción mediocre.
- El villano carece de carisma.
- Una estructura demasiado previsible.