Ayer por la tarde tuve la visita con mi doctora en la clínica de infertilidad. Quería exponerle mis dudas y que me ayudase a afrontar el último intento que nos queda, ya que únicamente queda un embrión congelado de calidad B, Bolita.
A raíz de muchos de vuestros comentarios, estos fueron los puntos que traté ayer:
- La regla aún no me había venido
Hacía 5 días que había dejado la progesterona y los parches de estradiol. Según ella, la regla debería haberme bajado el sábado pasado, pero como no había sido así, pasé al ecógrafo.
Evidentemente, ahí estaba mi quiste, implacable y riéndose de nosotras. La doctora me miró y me dijo, ¿sabes lo qué es, no? y ¿sabes por qué no te baja la regla, verdad?
Si, claro que lo sé. Eso es el quiste del mes pasado, y no me baja la regla porque estará emitiendo estradiol.
BINGO.
Me dijo que me haría una análitica de estradiol, que si no salía muy alto, simplemente esperaríamos a la regla, pero si salía alto haríamos algo para bajarlo.
Los resultados tendría que saberlos hoy, de hecho llamaré a la clínica para informarme, no obstante, me he levantado con la sorpresa de que la regla ya ha llegado.
- Conozco a otras chicas, de otras clínicas, a las que si la transferencia de embriones les hace sangre, esta se cancela, y en la mía sangré mucho. Esto me preocupa.
La doctora me explicó, útero de juguete en mano, en qué casos podía ser que una transferencia hiciera daño, aunque lo normal era no sentir nada, ni sangrar.
También me dijo que no me preocupase, ellos también tienen el protocolo de que si la sangre viene del útero, la transferencia de embriones se cancela. En este caso, mi sangre venía del cuello del útero, y es el catéter exterior el que se queda parado en el cuello del útero y el catéter interior el que se alarga hasta casi el final del útero.
De todos modos, me dijo que si yo me quedaba más tranquila, me haría la siguiente transferencia con la misma doctora que me hizo la primera transferencia embrionaria y que fue tan bien.
Me quedé tranquila con su respuesta.
- A la vista de que solo nos queda un embrión, ¿crees que nos podríamos hacer pruebas sobre fallo de implantación antes de volverlo a intentar?
Me gustó su respuesta, porque fue sincera.
Me dijo que con un embarazo bioquímico y una beta negativa no había muchas conclusiones que sacar, y que podía tratarse de estadística pura. No obstante, un estudio de implantación es muy caro, y nuestra mutua lo cubre a partir de 6 embriones transferidos con mal resultado. De cara a una siguiente FIV, sería fácil conseguir esa autorización porque se trataría de empezar un nuevo ciclo, pero que si queríamos, lo podíamos intentar.
Nos dijo que solamente las trombofilias son 500€, a lo que hay que sumarle el cariotipo, la inmunología y la histeroscopia. Cuando escuché histeroscopia me dio la risa nerviosa y ella dijo “si lo hacemos, hay que hacerlo bien”.
De repente, solo de pensar en atrasar más una nueva transferencia, mi marido y yo cantamos al unísono: “lo intentaremos por última vez antes de hacer más pruebas”.
Y esa ha sido nuestra decisión. Empezamos de nuevo un ciclo sustituido para transferir a nuestro último embrión. Bolita está ahí esperándonos, nuestra última esperanza.
Esta vez parece que tenga mejores sensaciones que la vez anterior, incluso antes de saber que Bonito no saldría adelante de la descongelación. Me quedé muy tranquila al ver a la ginecóloga receptiva con mis dudas y explicándomelo todo sin prisa alguna. Además, tenía a una estudiante de posgrado con ella a la que le iba explicando un montón de cosas de mi caso. No sé, las sensaciones fueron buenas, y dado a cómo está saliendo todo últimamente, me quedo con eso.
Odio esta frase con toda mi alma pero: pasará lo que tenga que pasar tenga yo la prisa que tenga. ¿O no?