El más homenajeado del evento fue Eduardo Aguirre Obarrio, que falleció días atrás. Los cuatro expositores dedicaron palabras de afecto y admiración al alma mater del proyecto y redactor de uno de los artículos del número de septiembre (que supera las ¡trescientas! páginas).
El folleto promocional reivindica una propuesta que dista de ser una revista en el sentido convencional, es decir, de difusión masiva o destinada a un público general. Al contrario, Alterini señaló la intención de “poner en primer plano al especialista” y Baigún destacó el objetivo de “formar al joven abogado”. De ahí la elaboración de un contenido capaz de, según el prospecto linkeado, reunir “todas las fuentes del derecho vinculadas a la materia, organizadas temáticamente por secciones” y tratadas de manera analítica e integral.
En otras palabras, la Revista de Derecho Penal y Criminología fue concebida para estudios jurídicos, poderes judiciales con competencia en la materia, fiscalías, defensorías, colegios de abogados, organismos estatales, universidades, bancos, los Poderes Ejecutivo y Legislativo. Los interesados seguro la entenderán con Baigún y Zaffaroni como “el producto de un desarrollo histórico” que indefectiblemente evoca “una larga historia de publicaciones especializadas” y que propone un “encuentro generacional”.
Matías Bailone y Rodrigo Codino coordinan el contenido que elaboran Almeyra a cargo del área procesal, un comité de redactores y un comité académico calificado en términos “de excelencia” (entre otros, lo conforman Lola Aniyar de Castro, Luis Arroyo Zapatero, Luigi Ferrajoli, Esteban Righi, Nilo Batista, Norberto Spolansky, John Vervaele y el mencionado Baigún).
“Los penalistas somos herederos de gente peleada entre sí”, sostuvo Don Eugenio Raúl poco antes de cerrar esta suerte de lanzamiento oficial.
Además de aspirar a convertirse en espacio plural, además de incluir en cada número un trabajo de interés histórico (para combatir la “tendencia a olvidar el pasado” y a celebrar “fuegos artificiales doctrinarios”), además de invitar a los abogados argentinos a leer a sus colegas brasileños en idioma original, la Revista de Derecho Penal y Criminología se compromete a tomar la posta pacifista del homenajeado Obarrio y a abrir una nueva vía de comunicación entre los cultores de una disciplina apasionante y de un ejercicio crítico generador -no de ruptura- sino de enriquecedora superación.