RECUERDO DE UN JILGUERO
Mi hija tiene una herida imaginaria.Es la herida de una aguja en el brazo izquierdoo más bien el recuerdo de esa aguja.Herida arañazo de jilguero herida pico clavado en carne blanca.Ya curó el agujero pero ella no quiere que nadietoque ahí,no quiere quitarse la ropa y ni siquiera subirse la manga del pijama.para lavarse las manos.Intentamos convencerla de que su herida no existepero ella frunce el ceño, pone voz en falsetey escenifica el momento en que la herida fue causada.Puedo perfectamente ver la cara de la enfermera entrando,en las manos asidos los utensilios de abrir vías.Si insistimos, se enfada.No, no, no, dice.Debemos respetarla.Ella tiene una herida imaginariatan fresca que no llega a cicatriz.Yo sin embargo tengo solo memorias.Nostalgias de dolores ya cerrados.Eso es más gratuito que la herida de un pájaro.Mucho más fantasioso, más pueril.Pero tengo también algo más peligroso y contundente:el miedo admonitorio de dolores futurosheridas vanguardistasheridas horizonteun abismal terror a la herida del mañanala blanda superstición de lo premonitorio.Yo también necesito que alguien venga a decirmeque la piel de mi brazo está curadaque ya no hay cicatriz ni siquiera un rasguñoleve temblor del dañoque no hay nadaque ha pasado el peligropor ahora.
Lara Moreno.
Revista Literaria La RaRa, número 4, año 2015 (ediciones RaRo, Jaén, 2015).