Revival terapéutico

Revival es la palabra que yo utilizo -ignoro si acertadamente- para referirme a aquellas citas a las que, en la madurez, acudimos con los lugares, eventos y personas de nuestro feliz pasado juvenil para rememorar aquel tiempo y revivir en el presente aquellas sensaciones y emociones en un ejercicio de fotosíntesis existencial. De un tirón, me ha salido esta definición, no sé si muy exportable o no, pero es la mía. Los encuentros de antiguos alumnos, las fiestas del pueblo… Citas repetidas con distinta periodicidad nos ofrecen revival en el camino. Por supuesto, de la intensidad con que llamen a nuestra puerta dependerá nuestra decisión de sumarnos o no.

Revival!

En la definición anterior queda claro que tres son los componentes principales de los revival:

• Las personas.
• El evento.
• Los lugares.

De lo hondo que uno o varios de estos ingredientes nos calen, derivará nuestra asistencia o ausencia a la cita revival. Y, por supuesto, factor fundamental para nuestro paso revivalero lo constituyen el esfuerzo, los contras, el peaje a pagar por participar. Me refiero a las obligaciones de la vida adulta, que complican la apertura de un hueco para nuestro ocio, nuestro yo, nuestra persona; conllevan dejar organizados y atados múltiples debes familiares, laborales, de pareja… Claro está que no será el mismo el peaje el que pague el revivalero soltero y entero, que el parapetado de hijos; es evidente.

Con carácter general, TERAPIA DE LETRAS invita al revival como técnica terapéutica, un buen reconstituyente, efectivo para recordarnos quiénes fuimos, quiénes somos y, lo único que estamos a tiempo de cambiar, quiénes seremos. Imagino que hay revival que te reafirman y otros que te cambian la vida.

Revival:
1. Resurrección y revalorización de estilos y modas de otra época.
2. Espectáculo, obra o hecho en que se manifiesta esta resurrección y revalorización de estilos y modas de otra época.
“La novela es un revival de las narraciones psicológicas y simbolistas”