La revolución televisada no vale ná, pero al menos inquieta. ¿Tú en qué bando estás? ¿En los dos?
Lemas por todas partes. "Mientras ellos roban, nosotros leemos". "Llegó nuestra hora". "Rabia ya". "Solidaridad o miedo". "Hasta los webs". "Basta ya de siesta". "Mira mamá, ahora trabajo de revolucionario". Ingenuos pero cabales y dignos. Ya se los comerán con papas, pero al menos habrán hecho, los jóvenes, lo que nosotros no hemos tenido huevos de hacer. En un lustro escaso, de perdidos al río, los carteles de las inmobiliarias han sido reemplazados por estos mensajes de indignación y reacción.
La otra noche se fue la luz y un vecino de junto "echó un cable", literalmente, y los concentrados lo agradecieron con palabras y hechos. Junto a la franquicia de turno, un par de equilibristas se dejan entrevistar por un gachó mientras realizan juegos malabares, bonita metáfora, y no parece que la tarde vaya a caer en saco roto.