Las revoluciones individuales siempre han estado minusvaloradas y desde aquí quisiera llamar la atención sobre lo determinantes que pueden llegar a ser. No en vano, la suma de muchas reivindicaciones individuales son el germen de todos los cambios sociales que se han producido en el mundo a lo largo de la historia. Personas anónimas y sin aparentemente ningú
Así pasó cuando muchos individuos que se oponían a la guerra de Vietnam decidieron unir sus voces, o cuando otros muchos jóvenes decidieron tomar la calle en mayo del 68 y contagiaron de su ímpetu a toda la sociedad francesa. Estos son dos ejemplos, hay algunos más recientes como los que provocaron cambios de gobierno en Túnez o Egipto. Seguro que si nos ponemos a pensar encontraremos muchos más; son movimientos que surgen de la indignación de muchos hombres y mujeres que se ponen de acuerdo en busca de un objetivo común.
En España parecía que la sociedad estaba adormilada, que los jóvenes pasaban de todo, existía la creencia de que nada podía cambiar; así los grandes poderes campaban a sus anchas y hacían todo aquello que les venía en gana. Ahora, con los movimientos del 15M, España está diciendo basta ya, mucha gente que pensaba igual y que estaba desconectada a encontrado un lugar común donde expresar sus ideas, más allá de las redes sociales. Espero que este sumatorio de revoluciones individuales logre convertirse en la semilla de una sociedad mucho más justa.