Fecha: 26 marzo 2015
Asistencia: 2.000 personas
Artistas Invitados: -
Precio: 29 euros
Clásico rejuvenecido
Dice Carlos Goñi que con el actual formato trío Revólver suena como un tiro. Y no miente ni un ápice pues, efectivamente, la banda es ahora mismo una pequeña gran locomotora que ha ganado en contundencia con una base rítmica sólida que otorga nuevos bríos al cancionero clásico, al tiempo que apuntala las más recientes composiciones con certera y pétrea fiereza. Una base sobre la que surfean comodísimas las melodías, aderezadas por los guitarrazos a diestra y siniestra que reparte el maestro de ceremonias para jolgorio y gozo de la concurrencia.
Una concurrencia muy entregada a la causa, sin duda seguidora fiel de la obra de Goñi a lo largo de los años, que agotó las entradas de La Riviera madrileña, lo cual ya de por sí es una forma genial de encarar un concierto. Una forma menos habitual es que el televisivo Cristian Gálvez ejerza como presentador y, menos habitual aún es que, después de enardecer al gentío, la banda salga pidiendo silencio para, valga la redundancia, hacer un minuto de silencio en sentido homenaje para las víctimas del 'accidente' de avión de esta semana en los Alpes. "Porque los aviones no se caen, a los aviones a veces los tiran", plantea Goñi antes de que toda la sala muestre sus respetos en sepulcral silencio.
Tras este emotivo momento, arranca Revolver a todo tren con 'Babilonia', la canción que precisamente da título a su más reciente (y recomendable) álbum, a la que siguen 'Duro de llevar' y 'Mi rendición'. El grupo suena conciso, duro, con los instrumentos perfectamente definidos y agigantados ante la sencillez de la propuesta. Llama la atención, de hecho, lo grandes y expansivas que suenan las guitarras en primerísimo primer plano, mientras Julián Nemesio literalmente machaca los tambores y Manuel Bagües se deja los dedos en las cuerdas de su bajo.
El nuevo single del grupo, 'Entre las nubes', precede al gran clásico 'Si no hubiera que correr', de inequívoco sabor a Springsteen, antes del primer momento de respiro con 'Teamoteamor', acústica de letra penetrante que propicia que Goñi se vaya soltando con sus habituales presentaciones de canciones en primera persona. Discurre con naturalidad ya asentada la velada con 'Odio', la sobresaliente 'San Pedro', y la muy Bon Jovi 'En Blanco y Negro'.
Es momento entonces de un tramo acústico que aporta una nueva cara y que recuerda éxitos pasados de Revólver a través de su serie de conciertos básicos, que incluyen en esta ocasión una versión de 'Peces de ciudad' de Joaquín Sabina, así como interpretaciones muy celebradas y coreadas de 'Calle mayor', 'Como único equipaje', la preciosa 'Faro de Lisboa', 'Dentro de ti' (con colaboración de Cristina González) y 'Tu noche y la mía' (con Cuco Pérez).
Para la traca final recuperamos la amplificación máxima con una triada de clásicos del pop rock español, a saber, 'Si es tan solo amor', 'El roce de tu piel' y 'El Dorado', en un colofón por todo lo alto para un concierto de casi dos horas y media, que constató el envidiable estado de forma de Revólver. Porque en la madurez parece haber encontrado Carlos Goñi un equilibro idóneo entre sus melodías accesibles y sus más rockeros deseos, algo que de alguna manera rejuvenece a los músicos y nos rejuvenece a todos. Porque aún nos quedan muchas cosas por decir con el volumen al 11.