No sé si conocéis estas berenjenas. Yo, no las había visto hasta ese momento. Fue un regalo de esos que de vez en cuando llegan a casa. Y como no quería dejar pasar ni un día sin usarlas, me puse manos a la obra para comerlas en el almuerzo.
Me sorprendieron. Me encantaron.
"No tuve necesidad" de ponerlas en sal, ni en agua salada, ahí arriesgué...
Son suaves, son tiernas, al contrario que las normales apenas absorben aceite, son deliciosas.
Una preparación sencilla iba a ser lo mejor que hiciera con ellas. ¿Sabéis qué? ¡Las echo de menos!
A falta de estas berenjenas podréis usar las que habitualmente tenéis por costumbre, asegurándoos que son frescas y procediendo como siempre.
Ingredientes:
- Berenjenas violetas 3.- Ajo en polvo 1 cda.- Huevos L, 2.- Perejil picado un manojito.- Aceite de oliva.- Pimienta negra molida.- Sal.
Elaboración:
Lava las berenjenas, despunta y corta en rodajas de un dedo de grosor.
Pon un fondo de aceite de oliva en una sartén.
Rehoga durante unos cinco minutos salpimentando y añadiendo una cda, de ajo en polvo. Mezcla.
Incorpora los huevos y el perejil picado. Rompe los huevos con una espumadera y revuelve hasta cocer (tú eliges el punto).
Sirve enseguida con más perejil fresco picado por encima.
Gracias, Cooperativa Granada La Palma de Carchuna.