Nuestros ajos han comenzado a madurar ya y cuando están en este estadio, comienzan a engordar y les sale una especie de tallo en el centro con un capullito por donde brotará la flor. Si cortamos estos tallos podemos cocinarlos como ajetes, sin necesidad de recolectar el ajo antes de tiempo, de manera que podemos disfrutar de ajete y ajo con una sola planta.
Los ajetes son ideales para preparar revueltos, y es muy común combinarlos con setas, gambas, gulas. Por desgracia no tenía ni gambas, ni gulas, pero sí unas setas estupendas de producción local, que son las que hemos usado para preparar nuestro revuelto.
- 1 manojo de ajetes
- 2 huevos camperos
- 250gr de setas
- aceite de oliva
- 1 rama de perejil fresco
- sal y pimienta
- 4 rebanadas de pan (para acompañar)
Elaboración:
En primer lugar, troceamos los ajetes en palitos de unos 5 o 6 centímetros aproximadamente. Los ponemos en un escurridor y los enjuagamos bajo el grifo.
Limpiamos las setas con cuidado y las troceamos en tiras. Picamos finamente el perejil fresco.
A continuación, en una sartén ponemos unas cucharadas de aceite de oliva y procedemos a saltear los ajetes con un poquito de sal, hasta que estén tiernos, removiendo de vez en cuando para evitar que se peguen.
Cuando estén prácticamente listos, añadimos las setas cortadas en tiras, rectificamos de sal y las salteamos hasta que estén bien hechas.
Cuando finalmente el huevo esté cuajado a nuestro gusto, apagamos el fuego y servimos el revuelto en los dos platos, acompañado de el pan tostado, y porqué no, una copita de vino o una jarrita de cerveza fresquita.
Es un plato perfecto para una cena, o para un almuerzo rápido.
¡Que aproveche, Calderer@s!