Reyes Magos... ¡Abrid paso al Tío Camborio!

Publicado el 04 enero 2014 por Sap
.
¿No habrá que decidir de una vez la abolición y la puesta fuera de la ley de este trío de personajes apolillados, rancios, pasados de moda y hasta adictos al antiguo régimen que son los Reyes Magos?
Una sociedad dinámica no puede permitirse esta rémora, la existencia de tradiciones y obsolescencias que impidan el progreso social, por lo que la natural popularidad que ha adquirido el orondo y simpático Papá Noel o Santa Claus ("Santa", como ya lo llaman los niños modernos de este país), la consideramos del todo positiva.
Mas a ello, a esta lucha iconoclasta por derribar polvorientas personalidades, habría que añadir una constatación y es cómo en otras sociedades avanzadas ya gozan de sus propias criaturas obsequiadoras que desde una primigenia extracción rural, han conquistado con éxito el ámbito urbano. Son los casos del Olentzero de los niños y niñas vascos y vascas y del Tiò de Nadal de los niños y niñas catalanes y catalanas.
Es por eso que desde esta prestigiosa tribuna, anunciamos al mundo la creación de un personaje que no solo sustituirá en sus funciones a los tres mamarrachos de Oriente y hará las delicias de los niños y niñas andaluces y andaluzas, inaugurando una nueva tradición que pronto se llamará secular sino que dotará a esta Comunidad Autónoma de una seña identitaria y diferencial que tanto necesita. 
Hemos decidido bautizar a este personaje como el Tío Camborio -nombre que aúna lo cañí con un leve bouquet lorquiano- y representarlo, como pueden observar en la imagen (pinchen sobre ella para estudiarla con detalle), con falda de volantes, chaquetilla corta y sombrero cordobés, dotandolo además de unas barbazas venerables que -aunque lo hacen parecido a Jorge Cafrune- presta a su efigie un no sabemos qué de bondad y cercanía a los más pequeños. Esperamos que este entrañable Tío Camborio, personaje que agrupa en sí todo el gracejo de esta tierra de María Santísima, sutituya en pocos años a los fachas de los Reyes Magos.

Nosotros, por si acaso, ya le hemos escrito nuestra carta. Somos la vanguardia.
.