Partimos desde Castell d'Aro con entusiasmo por las tan esperadas vacaciones de Semana Santa. Y lo hacemos rumbo a la encantadora región francesa de Rhône-Alpes, conocida por su impresionante paisaje montañoso, que incluye los Alpes franceses, y por albergar ciudades emblemáticas como Lyon, Grenoble y Annecy. Esta región ofrece una amplia gama de actividades al aire libre, desde esquiar en invierno hasta practicar senderismo y ciclismo en verano. Además, es famosa por su rica historia, su deliciosa gastronomía y sus encantadores pueblos medievales que cautivan a los visitantes con su autenticidad y belleza.
Este año va a ser muy diferente a los anteriores, nuestra hija Ariadna se ha hecho mayor y, como es normal, ya no quiere pasar tanto tiempo con nosotros. Los exámenes de su primer año de carrera y un nuevo trabajo tampoco han propiciado que pueda venirse unos días de vacaciones. Queramos o no, vamos a tener que acostumbrarnos a esta nueva situación.
Por contra, aún tenemos con nosotros a nuestro perro Scott, pero podría ser su último viaje. Su estado de salud y su avanzada edad, ya no le permiten pasear y disfrutar como lo había hecho hasta no hace demasiado tiempo. Además, padece algo parecido a una demencia senil y a penas nos conoce. Es muy triste verlo así, degenerando día tras día, pero intentaremos que pase sus, posiblemente, últimas vacaciones lo mejor posible.
Nuestro primer destino es Suze-la-Rousse, conocida por su imponente castillo y su historia medieval. Nos maravillamos con sus calles empedradas y sus casas de piedra.
Continuamos nuestro viaje hacia Grignan, famosa por su magnífico castillo renacentista y su conexión con la escritora Madame de Sévigné. Nos perdemos entre sus callejuelas llenas de encanto y nos dejamos cautivar por su ambiente histórico y su animada vida en los cafés y restaurantes de sus plazas.
Después de explorar Grignan, nos dirigimos a La Garde-Adhémar, un pueblo medieval con impresionantes vistas panorámicas. Nos detenemos para admirar sus antiguas murallas y sus pintorescas plazas, antes de continuar hacia nuestro último destino del día.
Finalmente, llegamos a Mirmande, un pueblo encaramado en lo alto de una colina con vistas espectaculares del valle del Ródano. Nos maravillamos con su arquitectura medieval y disfrutamos de un paseo tranquilo por sus estrechas calles adoquinadas.
Nos aventuramos a explorar las impresionantes Gorges d'Ardèche, un espectacular cañón tallado por el río Ardèche a lo largo de milenios. Conducimos por sinuosas carreteras bordeadas de altos acantilados, impresionantes formaciones rocosas y exuberante vegetación.
A lo largo del recorrido, nos detenemos en miradores panorámicos para admirar las vistas espectaculares que se abren ante nosotros: acantilados imponentes se elevan majestuosamente desde las aguas verde esmeralda, creando un escenario impresionante.
Comenzaremos nuestra experiencia culinaria con un delicioso milhojas de espárragos frescos y trucha ahumada, una combinación que promete deleitar nuestros paladares desde el primer bocado. Como platos principales, optaremos por un magret de pato, tierno y jugoso, acompañado de una irresistible salsa de oporto y champiñones, así como unas suculentas albóndigas de Ardéche, preparadas con setas frescas y bañadas en una exquisita salsa de vino que realza sus sabores únicos.
Para poner el broche final a esta experiencia gastronómica, nos dejaremos tentar por una tarta casera de fruta de la pasión y maracuyá, cuyo equilibrio entre lo dulce y lo ácido nos dejará con un sabor memorable en el paladar. Sin duda, este menú nos brindará una experiencia culinaria inolvidable, llena de sabores auténticos.
Después de recargar energías, continuamos nuestro viaje por la pintoresca carretera D4 hacia Balazuc, un encantador pueblo medieval con sus calles empedradas y casas de piedra que se aferran a las laderas rocosas.
Con el día llegando a su fin, regresamos al camping, llevando con nosotros recuerdos imborrables de la belleza natural y la historia que hemos descubierto.
Partimos de nuestro acogedor camping 4-saisons con destino al camping des Barolles cerca de Lyon, listos para una nueva etapa en nuestra aventura. Nos despedimos de los paisajes naturales y nos adentramos en la bulliciosa ciudad de Lyon, ansiosos por descubrir sus tesoros.
Lyon es una ciudad dinámica y culturalmente rica. Conocida por su exquisita gastronomía, su impresionante arquitectura y su importante patrimonio histórico, ofrece una mezcla perfecta de tradición y modernidad. Desde su casco antiguo medieval hasta sus elegantes barrios y bulliciosos mercados, Lyon cautiva a los visitantes con su encanto único y su ambiente acogedor. Además, su ubicación privilegiada entre dos ríos, el Ródano y el Saona, añade un toque de belleza natural a esta metrópolis.
Una vez instalados en nuestro nuevo camping, nos dirigimos hacia el corazón de Lyon para explorar esta vibrante ciudad. Decidimos comenzar nuestra visita ascendiendo a Fourvière en el funicular, disfrutando de las vistas panorámicas que se despliegan ante nosotros.
Fourvière es una colina icónica y prominente que se eleva sobre la ciudad de Lyon. Conocida como el corazón espiritual de la ciudad, Fourvière alberga la majestuosa basílica de Notre-Dame de Fourvière, un impresionante edificio de influencias bizantinas, góticas y románicas construido en el siglo XIX. Además de su importancia religiosa y arquitectónica, Fourvière también alberga ruinas romanas y es un lugar popular para los turistas y los lugareños que buscan disfrutar de la historia y la belleza natural de Lyon.
Bajamos a pie por el pintoresco barrio del Vieux Lyon, admirando sus callejuelas empedradas y su arquitectura medieval hasta llegar a la imponente catedral de Saint-Jean Baptiste. Continuamos nuestro recorrido hasta el pont de la Feuillée para cruzar a la zona de la Prequ'Île, la península entre los dos ríos que bañan Lyon. En la plaza des Terreaux, al pie de la colina de Croix-Rousse, destacan el Hôtel de la Ville, el museo de Bellas Artes y la fuente de Bartholdi, exhibiendo un patrimonio que le ha valido a la ciudad el título de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Detrás, se alza el renovado edificio de la Ópera.
Decidimos subir a Croix-Rousse para obtener una perspectiva diferente de Lyon. Croix-Rousse es un barrio histórico conocido por su pasado como centro de la industria de la seda en el siglo XIX. Hoy en día, es famoso por sus traboules (pasajes cubiertos), sus escaleras y sus vistas panorámicas de la ciudad. Es un barrio bohemio y creativo, hogar de artistas, diseñadores y una vibrante comunidad cultural.
Volvemos a Prequ'Île antes de dirigirnos al impresionante Grand Hôtel-Dieu. En esta zona de la ciudad se suceden edificios renacentistas y del siglo XIX. Los traboules dejan paso a galerías comerciales, extensas plazas y zonas de tiendas de grandes firmas internacionales.
Beaujolais es una región vinícola situada al norte de Lyon. Es conocida mundialmente por sus vinos tintos ligeros y afrutados, elaborados principalmente con la variedad de uva Gamay. La región se caracteriza por sus colinas cubiertas de viñedos que ofrecen un paisaje pintoresco y un ambiente tranquilo. Los vinos de Beaujolais se dividen en distintas categorías, desde los simples y frescos Beaujolais Nouveau hasta los más complejos y estructurados Beaujolais Crus, como Brouilly y Morgon. En esta pequeña zona vinícola hay hasta 12 denominaciones de origen, cada una de ellas con sus propias características.
Comenzamos nuestro viaje en Vaux-en-Beaujolais, un encantador pueblo donde las colinas están adornadas con viñedos interminables. Nos sumergimos en la belleza del paisaje mientras exploramos sus calles empedradas y disfrutamos de la suma tranquilidad que ofrece.
Después, nos dirigimos hacia el Mont Brouilly, una elevación que ofrece unas vistas panorámicas impresionantes de la región de Beaujolais, siempre y cuando el tiempo lo permita. Las nubes bajas y la lluvia incesante solo nos deja intuir la extensión de los viñedos.
Optamos por detenernos en una de las numerosas fincas vinícolas de la zona para explorar las maravillas del vino local. En particular, el imponente Château des Ravatys nos cautiva con una degustación de vinos exquisita, que nos brinda la oportunidad de apreciar la excelencia de los productos locales y adquirir conocimientos sobre su elaboración. La escasa afluencia de visitantes durante la temporada baja nos concede el privilegio de recibir una atención completamente personalizada y, además, sin coste alguno.
Luego, nos dirigimos hacia Chatillon-sur-Chalaronne, donde disfrutamos de un relajante picnic junto al sereno río, absorbiendo la serenidad del entorno antes de visitar el encantador pueblo medieval con uno de los mejores mercados medievales de Francia.
Nuestra siguiente parada es en el pintoresco pueblo medieval de Pérouges. De camino, cruzamos la zona del Dombes, con sus numerosos estanques y aves acuáticas, sumergiéndonos en la naturaleza virgen y la riqueza de su biodiversidad.
Pérouges es un encantador pueblo medieval. Con sus calles empedradas y casas de piedra, transporta a los visitantes a tiempos pasados, ofreciendo una atmósfera única y llena de historia. Además de su arquitectura medieval bien conservada, Pérouges es famoso por su gastronomía, especialmente por la galette, una deliciosa especialidad local elaborada con una masa fermentada aromatizada con limón sobre la que se coloca mantequilla y azúcar.
De vuelta, en el camping, nos relajamos mientras contemplamos la lluvia. Y al atardecer, culminamos el día con una aventura gastronómica en un bouchon típico de Lyon. Elegimos Les Lyonnais de los 23 que la Cámara de Comercio e Industria ha dotado con el sello de calidad para garantizar una experiencia culinaria auténtica y de primera calidad.
Los bouchons son restaurantes donde se sirven copiosos platos herencia de las madres lionesas del siglo XIX. Las recetas se mantienen fieles a la tradición, algunas de ellas pueden no ser del agrado de todos los paladares o estómagos, ya que se utilizan ingredientes como la casquería. Sin embargo, es posible encontrar opciones en platos como la tarte à l'oignon et sa salade verte, salade lyonnaise avec croûtons, œuf poché et gros lardons, o la tourte maison au boudin et aux pommes, entre otras alternativas. En cuanto a los postres, se destacan los quesos locales y exquisitos dulces caseros como el dessert glacé aux coussins de Lyon.
Y bajo una incesante lluvia, ponemos fin al día con la satisfacción de haber disfrutado de hermosos momentos en esta encantadora ciudad francesa.
Las recientes lluvias y nevadas en la región alpina nos han llevado a reconsiderar nuestra ruta para los próximos días y elegir un plan alternativo que evite grandes picos montañosos y campings en elevadas altitudes.
Dejamos nuestra caravana en el camping y nos dirigimos hacia Annecy, una ciudad encantadora conocida como la "Venecia de los Alpes". Se caracteriza por sus pintorescos canales, casas coloridas y la majestuosa presencia del lac Annecy. Además de su belleza natural, la ciudad cuenta con un casco antiguo medieval bien conservado, donde se pueden encontrar calles empedradas, plazas animadas y edificios históricos.
Refugiados de la llovizna, nos deleitamos con una exquisita comida en el restaurante Le Freti, donde nos rendimos al placer de la auténtica fondue savoyarda, disfrutando de su inconfundible y sabor.
Después, nos aventuramos a subir al col de Florclaz para disfrutar de las impresionantes vistas del lago, pero lamentablemente la niebla nos impide contemplar el paisaje. Aun así, no dejamos que esto nos desanime y decidimos rodear el lac Annecy, deteniéndonos en puntos clave para capturar fotografías de su belleza natural y paisajes pintorescos.
La inestabilidad climática va a seguir acompañándonos, al menos, hasta después de medio día. Motivo por el cuál decidimos posponer los paisajes para más tarde y visitamos Chambéry a primera hora.
Chambéry es una encantadora ciudad ubicada entre los macizos de Bauges y de Chartreuse. Es conocida por su impresionante arquitectura histórica, que incluye el imponente Château de Chambéry, un castillo del siglo XIV que alguna vez fue la residencia de los Duques de Saboya. El centro histórico de la ciudad, con sus calles adoquinadas, plazas animadas y elegantes edificios, es un verdadero tesoro cultural. Un laberinto de callejones medievales, conocidos como allées ( traboules en Lyon), nos lleva a descubrir los rincones más fascinantes de la ciudad, permitiendo el paso de una calle a otra a través de los edificios y trasladándonos a tiempos remotos.
Aprovechando que el cielo parece abrirse, ponemos rumbo hacia el lac du Bourget, el lago natural más grande y profundo de Francia. Ascendemos por el lado oeste donde la carretera se eleva por la parte más meridional del Jura dando paso a miradores espectaculares como el de Ontex, que ofrece impresionantes vistas de la abbaye d'Hautecombe.
Dicha abadía es un magnífico monasterio situado en la orilla occidental del lac du Bourget. Fundada en el siglo XII, esta abadía cisterciense es conocida por su arquitectura gótica y su ubicación pintoresca junto al lago. Es también el lugar de descanso final de la familia real de Saboya y otros nobles, lo que le confiere un aura de historia y nobleza.
Seguimos bordeando el lago, de camino de vuelta al camping, situado en la orilla oriental del lago. En este lado, la ruta discurre por el borde hasta llegar a Aix-les-Bains. Desde este punto, una carretera serpenteante se eleva hasta el Mont Revard, a 1537 metros de altura, donde encontramos un mirador con vistas panorámicas de 360 grados. Desde aquí, disfrutamos de la majestuosidad del lac du Bourget en toda su plenitud hacia un lado, mientras que hacia el este se extienden las impresionantes vistas del macizo de Bauges y, al fondo, la imponente silueta del Mont Blanc.
Un panorama maravilloso para concluir el día, observando cómo los últimos rayos de sol se ocultan detrás de las montañas del Jura.
Amanece nublado y el pronóstico no parece mejorar, pero eso no nos detiene y nos dirigimos hacia la impresionante chaine des Aravis, una escarpada cadena montañosa con picos que alcanzan los 2750 metros y, hoy, rodeados por una atmósfera misteriosa creada por las nubes. Intentamos hacer una excursión al col croix de Fry, pero nos encontramos con un paisaje nevado que solo nos permite llegar a un claro con una vista panorámica de toda la chaine des Aravis y el imponente Mont Blanc de fondo.
Continuamos nuestro viaje hasta el lac des Confins, donde disfrutamos de una comida reconfortante en el restaurante Le Chalet du Lac, con vistas al lago helado mientras saboreamos una deliciosa tartiflette, el plato estrella de la región y que no hay que perderse bajo ningún concepto, acompañada de diots au vin blanc avec tuile de fromage de Savoia et reblochon.
Tras suculento manjar, seguimos el sendero bordeando el lago hasta llegar a la ermita, disfrutando de las vistas a lo largo del camino.
Luego, ascendemos al col des Aravis, con una altitud de aproximadamente 1.487 metros, ofrece vistas panorámicas espectaculares de los picos circundantes y del valle que se extiende más allá. Las nubes y la niebla nos impiden ver claramente el Mont Blanc, pero nos ofrecen una atmósfera mística.
En nuestro regreso, pasamos por Manigod. Ubicado en el alto valle de Fier, es uno de los pueblos más bonitos de la región con chalets de madera que salpican la montaña, un campanario de cupula bulbosa y un marco montañoso que parece sacado de un cuento.
En Thônes hacemos una parada en la cooperativa La Farton, donde compramos queso Reblochon, Tomme y Abondance para llevar a casa como recuerdo de nuestro viaje.
Iniciamos nuestra travesía cambiando de camping y optamos por el camping Les Trois Pucelles. Aunque su apariencia pueda ser modesta y destartalada, su ubicación estratégica nos ofrece la oportunidad perfecta para explorar Grenoble. Una vez instalados, nos dirigimos a la ciudad en tren.
Grenoble es conocida por su vibrante vida cultural y su rica historia. Rodeada por majestuosas montañas, incluidas las famosas cumbres del Vercors, esta ciudad alpina ofrece una combinación única de paisajes naturales impresionantes y un ambiente urbano dinámico.
Lamentablemente, a nuestra llegada, nos recibe la lluvia, pero esto no nos impide explorar sus encantos. Grenoble alberga una gran cantidad de atracciones, desde su imponente Bastilla, una antigua fortaleza que ofrece vistas panorámicas de la ciudad y las montañas circundantes, hasta su pintoresco casco antiguo, con calles empedradas y edificios históricos.
Después de una mañana de exploración bajo la lluvia, nos refugiamos en el restaurante Cotelette, donde podemos disfrutar de una deliciosa comida a base de platos tradicionales y con ingredientes de la región. Empezamos con un queso Saint-Marcellin caliente y seguimos con una salade grenobloise y con la especialidad de la casa, un jugoso plato de travers du cochon confit, todo ello acompañado de vino local.
La lluvia nos da un pequeño descanso para seguir paseando y disfrutando de esta ciudad hasta media tarde, justo a tiempo para volver al camping y empezar a preparar la vuelta a Barcelona.