Cuenta la leyenda que dos paisanos andaban recorriendo un campo sembrado de soja. Ante la verde inmensidad, uno le dijo al otro: ¿qué hacemos con tanta soja?
Y aparecieron las ideas: milanesas, salchichas ¿y si hacemos hamburguesas? ¿sería muy loco dulce de leche de soja?
Así empezaron a joderle la vida al consumidor promedio, a Don Ricardo. Un tipo común acostumbrado a las milanesas con puré, al guiso y al asado, que de repente vio su vida invadida por este yuyo. Enojadísimo, le dijo a Marta, su mujer: las milanesas de soja no son milanesas, son pasto disfrazado.
Los paisanos seguían jugando y dijeron: ¡exprimamos también unas naranjas y hagamos jugo!, y crearon el polémico ADES (Alimento De Soja).
Esta bebida fue la que rebalsó el vaso. Ricardo, muy decidido, salió a investigar sobre el tema. No sin antes fumarse un cigarrillo de soja. Eso verde no es soja, le dijo Marta. Él no le hizo caso y se fue bailando a charlar con una fuente confiable (la fuente con agua ubicada en la plaza del pueblo). Ésta le contó que el 34,55666666% de La Matanza está sembrado con soja. No te la puedo creer, le contestó Ricardo y le tiró una moneda mientras le confesaba un deseo: que las milanesas vuelvan a ser de ternera.
Siguió caminando y bailando, y flasheó un futuro complicado. Pensaba en los miles de productos que los paisanos podían tener en mente y desesperaba. Nafta Super Soja Reloaded; fernet de soja, y hasta yerba de soja.
Justo en la puerta de su casa, y ya con un poco de hambre, Ricardo peló su smartphone, y por twitter leyó que la soja es el alimento del futuro. Entonces pensó: comámosla en unos años… ahora comamos rico.
Y se hizo un sandwich de milanga. Completo, por supuesto.