Richard Strauss. DEDICATORIA. Una pequeña decepción.

Publicado el 17 septiembre 2011 por Maac @Elblogdemaac

Richard Strauss compuso "Zueignung" (Dedicatoria), Op 10 número 1 en 1882-1883 cuando todavía era muy joven, dieciocho años, siempre me pareció un lied maravilloso, creía que lo tenía todo, en un espacio de tiempo muy corto, no llega a los dos minutos, Strauss había conseguido algo que a mí me parecía prodigioso, sobre la base de una melodía bellísima, mantener la tensión y, a la vez, conseguir una progresión que terminaba desembocando en un climax ambiguo, y lo que es más importante, dejar en la partitura su particular sello distintivo, el mismo que aparece en sus últimos lieders. Es una de las piezas que sirve para redondear como bis un buen recital de lied alemán, a mí me suele poner la carne de gallina. Sin embargo, no pude dejar de experimentar una pequeña decepción cuando acudí a su traducción, no es más que un agradecimiento del amante al amado que, según mi parecer y atendiendo a su traducción -no sé si en alemán mejorará-, no está a la altura de la calidad musical.
En cuanto a las versiones pienso que es un lied que se ve favorecido cuando es cantado por voces bellas, y la de Schwarzkopf, por desigual que sea,  a mí me lo parece, la belleza de las voces de Norman -no lo he podido resistir, curioso cómo alarga el final- o Wunderlich está fuera de toda duda, todas ellas en versión orquestal -Strauss la orquestó en 1940 para que la cantara Viorica Ursuleac, una de las sopranos straussianas por antonomasia-:

Y para la versión original con acompañamiento de piano he elegido la de Jussi Björling en un recital en vivo de 1959 -un año antes de morir- que muestra un timbre mucho más cálido que el que las grabaciones de estudio nos tienen acostumbrados:

DEDICATORIA (Zueignung) Op. 10.1 (1882-3)
Música de Richard Strauss (1864 - 1949)
Texto de Hermann von Gilm Rosenegg "Letzte Blätter" (1812 - 1864)
Ja, du weißt es, teure Seele,
daß ich, fern von dir, mich quäle,
Liebe macht die Herzen krank,
habe Dank!
Einst hielt ich, der Freiheit Zecher,
hold den Amethysten Becher
und du segnetest den Trank,
habe Dank!
Und beschworst darin die Bösen,
bis ich, was ich nie gewesen,
heilig, heilig an's Herz dir sank,
habe Dank!
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Sí, tú sabes, alma querida,
que lejos de ti me atormento,
el amor enferma los corazones.
¡Te doy gracias!
Una vez, invitado a beber,
sostuve en alto la copa de amatista
y tú bendijiste la bebida.
¡Te doy gracias!
Y allí dentro conjurarse a los malignos
hasta que yo, lo que nunca fuera,
santo, santo, caí sobre tu corazón.
¡Te doy gracias!