Yates tuvo que ser un gran observador para poder plasmar, de la manera en que lo hace, las personalidades tan características de una generación en EE.UU., bastante “tocada” con la idea del sueño americano y superando las trabas de una sociedad aparentemente equilibrada, pero con una realidad hostil y frustrante para muchos jóvenes de aquella época. Años 50. Perdedores, soñadores, supervivientes; Yates describe a sus personajes de una forma precisa, como si de un pintor de plumilla se tratase.
Nacido en 1926 en el estado de Nueva York, sus padres se separaron cuando él sólo contaba con tres años de edad, y pasó parte de su infancia y juventud en diferentes colegios internos. Después de luchar en Francia y Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, y ya de vuelta en Nueva York, Yates comienza casi en el 50 a dedicarse al periodismo y a ejercer de “negro” para otros. En el 61 sale “Revolutionary Road”, con una muy buena acogida a nivel internacional, y le seguirán otras como “Las Hermanas Grimmes”, que retrata la vida y relación de dos hermanas, desde la infancia a la edad adulta, con sus contraposiciones en lo que cada una piensa de los adoctrinamientos que han recibido y construyendo realidades aparentemente opuestas, o “Cold Spring Harbour”, ambas editadas recientemente en España.
Personajes desilusionados. Vidas obligadas. Sociedades estéticamente correctas aunque increíblemente frágiles. Aspiraciones de clase. Miedo a la soledad. Gentes que ven truncados sus sueños por hacer lo que se supone tienen que hacer. Amores fallidos. Amores vulnerables. Mucho ingenio en la concepción de los personajes. Una literatura que retrata la sociedad de hace medio siglo, que bien podría ser trasladada a la actual. En conclusión, un cronista sin escrúpulos que retrata una sociedad marcada por la ansiedad de ser “la sociedad”.