Aunque las estadísticas no siempre son todo, los aficionados al baloncesto somos muy dados a seguir, revisar y compararlas. Pero aparte de los aficionados, los mismos jugadores muchas veces también se fijan en ellas, y sobre ello se centra nuestro relato. Para ello, nos ilustraremos con el vídeo que explica la jugada en cuestión, y así podremos ver mejor la inusual (por no llamarlo de otra manera) situación.
Primero, nos situaremos en el contexto. Temporada 2000/2001 de la NBA, partido entre Utah Jazz y Cleveland Cavaliers. Último cuarto de un partido de la temporada regular, y quedan 6,1 segundos para finalizar el partido. Nuestro protagonista, Ricky Davis, lleva 26 puntos, 12 asistencias y 9 rebotes, es decir, le falta un rebote para conseguir un “triple-doble” (para quien no lo sepa, dos dígitos en por lo menos tres apartados, como por ejemplo, puntos-asistencias-rebotes) y sucede lo siguiente…
Como habéis podido comprobar, Ricky Davis decide lanzar una bandeja hacia su propia canasta para así capturar un rebote y realizar un triple-doble, claro que, de una manera muy deshonrosa, tanto a nivel personal, como para el equipo contrario. Esto último se puede reflejar tanto en la dureza de la falta que DeShawn Stevenson comete sobre Ricky Davis después de realizar esa acción, como en la cara que se le queda a Jerry Sloan, de no creerse lo que acaba de ver. De hecho, al terminar el encuentro, el propio Sloan declararía lo siguiente: “Estoy muy orgulloso de DeShawn, es más, yo le habría golpeado más fuerte y me da igual que me lleven a la cárcel por pensarlo”.
La acción tuvo tal transcendencia que hizo que David Stern, comisionado de la NBA, intercediera en ella, y le quitara el último rebote a Ricky Davis, con lo cual finalmente se quedó sin su triple-doble.
JAVIER ALCANTARA TELLEZ