Argumento
Un día, unos gamberros se cuelan en un edificio abandonado para lanzar fuegos artificiales con tan pocas precauciones que acaban prendiendo fuego al edificio vecino, el de Hinako, y ella acaba sin poder bajar, atrapada en la azotea con su tabla de surf. Así se produce el encuentro de la joven con Minato tras el cual inician una relación cada vez más cercana. Sin embargo, la pérdida y el dolor no tardan en aparecer.
Reseña
No he visto ninguna de las otras obras del director y, al parecer, su estilo tiende a incluir elementos fantásticos y un tanto surrealistas lo cual me parece maravilloso siempre que esté bien integrado... pero no me ha parecido que sea el caso. Y esto es solo el primer punto negativo.
Realmente mi GRAN problema con la película es que salvo ese punto fantástico que no considero que haya sido un acierto, el resto es aburridamente predecible. Cada giro de guión, cada paso se ve llegar muchos minutos antes y no es que una tenga poderes pero está tan repleta de clichés y situaciones y comodines tantas veces vistos que no hay nada que te sorprenda. Es, por resumir, el enésimo melodrama barato con toque fantástico que vemos. Por mucho que el surrealismo, lo irreal y el disparate se intercale en la trama, no sorprende lo más mínimo.
Y a partir de aquí, si la queréis ver, dejad de leer porque la voy a destripar.Para empezar, ese romance que crece entre ellos es muy bonito y está llevado de maravilla. Aquí están todos los puntos positivos que le doy a la película. Es natural y tierno e, incluso, puede pecar de empalagoso pero los ves siendo una pareja simpática que forman un bonito lazo entre ellos por lo que hasta el exceso de azúcar que puede haber no molesta. Sin embargo te hueles que si es que todo va tan bien es porque hay una "banderilla mortal" sobre alguno, en concreto, el protagonista que efectivamente muere de la forma más apropiada para despertar la culpa en la protagonista y hacerla que se aleje del mar y el surf que tanto adora y al que sabemos que volverá para cuando acabe la cinta. Tras esto empieza la parte fantástica con el chico convertido en fantasma que se aparece en el agua cuando ella le "invoca" cantando la canción que siempre tarareaban. Momentos de vergüenza ajena de ella hablando al agua de un retrete o con un muñeco inflable con agua con forma de beluga con el que sale de paseo. Y no. De verdad que me gusta la fantasía pero esto es absurdo en mal. Sí, me reí, pero con esa risa de "no me puedo creer lo que estoy viendo".Y ya lo peor es el desenlace, tan forzado y tan previsible que no me podía creer que fuese a ser tan evidente en el desarrollo. La forma en que se recupera a los gamberros de los fuegos artificiales para hacer lo mismo y liarla igual sin avisar a la policía directamente porque "tenemos que conseguir pruebas primero" no hay quien se la crea. Me cabreó que una chica tan inteligente como la hermana de Minato se empeñase en eso para justificar el final. Por no hablar de la inexistencia de un mínimo de realismo en la gran ola final que debe surfear Hinako. No sé, pero está todo mal.Tengo la teoría de que estaban en la mente de los creadores las escenas más fantásticas y disparatadas, el crear los momentos en que Hinako interacciona con el Minato de agua, que el guión para ello fue secundario y todo se basó en estereotipos para rellenar y completar el metraje. Curiosamente, creo que sin la parte fantástica o al menos con ésta tratada de otra forma menos relevante, habría sido una muy buena historia de amor, pérdida y superación. La fantasía mal planteada y lo previsible que es el desarrollo se cargaron la trama.En definitiva, una historia que trata un tema tan universal, delicado y profundo como es la superación de la muerte de un ser querido se convierte en una chorrada ridícula, pretenciosa en sus metáforas, nada sutil y aburridamente predecible. De verdad que no me molesta que en historias trágicas haya humor, o toques de fantasía extraños (ver Nieve en verano), pero lo mal casado que he visto todo en esta película me ha impedido acabar disfrutando de ella.