Nada de nada: eso es lo que nos ha tocado hoy en el tradicional sorteo de la Lotería de Navidad. Además, tampoco es que jugáramos mucho (el décimo del curro de Perse...). Así pues, se supone que lo que vendrá ahora será un año lleno de salud para tod@s: ni tan mal, oiga usted...
De todas formas, personalmente a mí me toco el Gordo cuando nací y crecí con la familia que tengo, cuando encontré a Eva, y al tener esos amigos que, aunque les vea poco el pelo, sé que son de verdad (vosotr@s sabeís quienes sois...). Y qué quereís que os diga: esas cosas no tienen precio. En ese sentido, soy el tipo más afortunado del mundo...