Riesgo de toxoplasmosis en el embarazo ¿debo mantener al gato?

Por Bebemon

¿Qué es la toxoplasmosis? 

La toxoplasmosis es una enfermedad con síntomas leves o incluso sin ellos y que, por tanto, es desconocida por quien la porta hasta que se somete a un análisis de sangre. Está causada por un parásito, el protozoo Toxoplasma gondii.

Está extendida por todo el mundo y es muy común, pues se estima que un 50% de los adultos la han padecido alguna vez en su vida. Aunque su riesgo es mínimo, puede resultar muy grave e incluso letal para los recién nacidos, los ancianos y para quienes tienen pocas defensas en su sistema inmunológico: enfermedades del riñón, médula ósea, VIH…

Dado que la enfermedad se transmite de animales a seres humanos, se ha creído equivocadamente que esa es la forma más habitual de contagio. No es así, la forma más frecuente de transmisión del parásito es a través del consumo de carne poco cocinada o cruda, de frutas sin pelar y de verduras poco lavadas. Esto no siempre es fácil de controlar, porque en un restaurante lo damos por hecho, pero no llegamos a verificarlo.

También al tocar un plato o una tabla de cortar carne que haya estado en contacto con carne cruda, y sin lavarse las manos, llevarse los dedos a la boca.

Otra forma de contagio es mediante contacto directo de las manos con la tierra, en aquellas personas que trabajan en agricultura o jardinería. Es muy común que el parásito habite temporalmente en ella. Y aunque la persona se lave a conciencia las manos, puede quedar tierra bajo las uñas. Si se lleva más tarde las manos a la boca es fácil infectarse.

En determinados países con un control no riguroso de la calidad de las aguas, es posible infectarse también bebiendo agua.

Y el contagio también es teóricamente posible mediante transfusión de sangre o transplante de algún órgano, pero las medidas de control hospitalario hacen a la práctica imposible esta opción.

Imagen tomada en 2005 – Datos – Autor:  Jemsweb

¿Pueden los gatos contagiar la toxoplasmosis? 

La forma menos frecuente de contagio, y dado que el parásito tiene como huésped favorito a los gatos, es en contacto con sus heces. No cualquier gato es portador. Aquellos que no salen de casa y comen piensos y carne cocinada difícilmente lo serán. Y al contrario, los que salen al exterior, se relacionan con otros gatos y cazan pequeños lagartos, ratones y pájaros pueden llevar en su interior el parásito.

Pero esto no significa que lo transmitan. El gato infectado incuba el parásito de 3 a 20 días, en función de la fase del ciclo de vida en que lo haya ingerido. Después y durante sólo unas 4 semanas, lo libera plenamente desarrollado en las heces. Aunque el gato se vuelva a infectar, nunca más volverá a liberarlo. 

Además, estas heces no son infecciosas hasta transcurridos uno o dos días y habitualmente quienes viven con mascotas suelen limpiar el arenero de heces más a menudo. Y para que el contagio a los humanos sea efectivo, es necesario tocar las heces con las manos y no lavarlas adecuadamente con agua y jabón, lo que es poco común, pues cualquier propietario de mascotas conoce estas medidas básicas de higiene.

En conclusión, el riesgo de que el parásito madure y pueda contagiar es mínimo.

¿Cómo se detecta la toxoplasmosis?

Mediante un sencillo análisis de sangre. Si eres una persona sana y no estás embarazada, no hay necesidad de efectuarlo.

Si estás embarazada, es recomendable. Si el resultado es positivo, hay medicación que actúa deteniendo la difusión del parásito.

Se aconseja vivamente a las mujeres que estén planeando quedarse embarazadas que se hagan antes una prueba de anticuerpos de toxoplasmosis. Cuando se tiene anticuerpos contra la toxoplasmosis, queda inmunizada contra la enfermedad. Puedes leer más información sobre esta prueba aquí.

¿Cómo afecta la toxoplasmosis al embarazo? 

Siguiendo lo que dice la American Academy of Family Physicians, si la mujer contrae la infección cuando está embarazada, puede transmitirla a su futuro bebé. Pero si ya estaba infectada antes del embarazo, no es posible esta transmisión.

Los bebés con toxoplasmosis pueden sufrir daños cerebrales y oculares, y otros problemas físicos y mentales, que pueden no ser detectados hasta pasados unos años. El tratamiento de esta enfermedad requiere medicación.

Tengo un gato y estoy embarazada ¿Debo mantenerlo?

Los gatos son muy sensibles a los estados de humor de sus propietarios y es frecuente oír a embarazadas decir que sus panzas se han convertido en el lugar favorito para dormir de sus gatos.

No hay riesgo de contagio de toxoplasmosis si se siguen unas sencillas reglas:

  • Mantén a tu gato dentro de casa para que no pueda adquirir la enfermedad de los animales que cace.
  • Aliméntalo solo con pienso o comida enlatada para gatos. Como los humanos, puede contaminarse si come carne cruda o poco hecha.
  • No traigas un gato nuevo a casa si ha sido un gato callejero o se ha podido alimentar con carne cruda.
  • No toques gatos callejeros ni gatitos.
  • Haz que sea otra persona de casa quien cambie el arenero con las heces del gato. Será alguien que no esté embarazada ni tenga problemas inmunológicos. Si debes hacerlo tú, ponte guantes. Cuando acabes, lávate las manos con jabón y agua caliente. Limpia el arenero cada día.

Como hemos dicho antes, los gatos sólo transmiten la toxoplasmosis en sus heces durante unas pocas semanas en su vida, habitualmente después de infectarse por primera vez. No sirve de nada llevar las heces del gato a analizar.

En resumen, las normas básicas de higiene y salud protegen adecuadamente contra la enfermedad. Y en las embarazadas, es recomendable consultar cualquier duda al respecto con los especialistas.

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