Riesgos de fumar durante el embarazo

Por Amparobandera
Fumar durante el embarazo expone al bebé a sustancias dañinas como la nicotina, el monóxido de carbono y otras toxinas que pueden afectar su desarrollo físico y cerebral. Una mujer encinta que fume una cajetilla de tabaco al día reducirá el peso de su bebé al nacer en 226 gramos como promedio. Esto es muy importante porque el bajo peso al nacer es uno de los principales factores asociados con enfermedades, posibles discapacidades e incluso la muerte del recién nacido.
El humo del tabaco también está relacionado con una mayor tasa de complicaciones en la gestación, como el embarazo extrauterino (etópico) (en el que el óvulo fertilizado queda implantado fuera del útero), los abortos espontáneos, la placenta previa, el desprendimiento de la placenta, los sangrados vaginales, y el parto prematuro
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Fumar durante el embarazo puede tener serias consecuencias a largo plazo. Estudios recientes señalan que los bebés de madres fumadoras tienen más probabilidades de sufrir dificultades en el aprendizaje, problemas de atención y desórdenes de hiperactividad. También son más vulnerables a problemas respiratorios como el asma. Fumar durante la gestación también aumenta el peligro de que el bebé sufra el Síndrome de Muerte Súbita (SIDS).

El hábito de fumar no es fácil de dejar, tanto si estás embarazada como si no. Pero cuanto antes lo abandones, o al menos lo reduzcas, mejor para la salud de tu bebé.

Para dejar de fumar Baby Center recomienda:
Planifica con tiempo
Necesitas un plan para superar el reto al que te enfrentas. La mayoría de las personas que lo dejan fijan una "fecha de inicio" y la hacen pública a sus amigos, familiares y colegas de trabajo. Sea cual sea tu decisión, es necesario que tengas claro qué vas a hacer cuando te entre un deseo irresistible de fumar. Hay gente que usa goma de mascar o come algo; otras personas van a dar un paseo. Encuentra algo que te distraiga durante unos minutos y te ayude a resistir la tentación.

Busca el apoyo de los que te rodean Dejar de fumar es mucho más fácil si no intentas hacerlo tú sola. El apoyo de familiares y amigos puede aumentar tus probabilidades de éxito. Si conoces a alguna persona que dejó de fumar, llámala cuando sientas unas ansias de fumar muy grandes para que te dé ánimos. Si tienes familiares o amigos que fuman, pídeles que no lo hagan delante tuyo. Si tu pareja fuma, anímalo a abandonar el hábito o pídele que salga al jardín o al balcón para fumar. Algunos estudios indican que las mujeres lo dejan más fácilmente si su compañero lo hace al mismo tiempo.

Habla con tu doctor
Independientemente de la táctica que elijas, una conversación con tu doctor puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Él puede darte información y aconsejarte sobre grupos de apoyo locales. Como mínimo, te dará algunas palabras de ánimo, que siempre vienen bien. No permitas que tu primera conversación sobre el tabaco con tu doctor sea la última. Si en tu siguiente visita todavía sigues con el hábito, díselo con total honestidad y sin sentirte avergonzada. Es mejor hablar claro, por tu bienestar y el del bebé. Y cuando finalmente dejes de fumar, ¡cuéntaselo también! Sin duda compartirá tu alegría.

Nunca olvides por qué estás dejando de fumar
Al principio, es probable que pases momentos muy malos. Si no sientes una motivación muy fuerte, probablemente tengas dificultades para resistir las ansias de agarrar un cigarrillo. Los expertos creen que los fumadores han de tener muy claras las razones por las que quieren dejar el hábito, y esa motivación debe ser muy personal. En otras palabras, debemos tener claro por qué hemos decidido soportar un proceso tan duro como el de la desintoxicación. Piensa que éste es uno de los mejores regalos que puedes darle a tu bebé, cuando aún está en tu vientre. Recuerda constantemente los beneficios de no fumar, y ten ánimo. ¡Lo conseguirás!

No abandones
Tienes un plan. Tienes la motivación. Tu compañero, tu doctor, tus amigos y familiares te apoyan. Ha llegado el momento. Tienes que ser más fuerte que las ansias. Si cedes ahora, tendrás que empezar todo el proceso de nuevo. Luego de unas pocas semanas, el síndrome de abstinencia empezará a ceder y la necesidad de fumar será menos intensa y frecuente. Si agarras un cigarrillo de nuevo, no te mortifiques ni pierdas de vista tu objetivo. Muchos fumadores lo intentan varias veces antes de la definitiva. Si tienes una recaída no te castigues diciéndote que has fracasado. Sé positiva: si has pasado una semana sin fumar, es una semana que ni tú ni tu bebé han estado expuestos a las toxinas del tabaco. Aprende con cada intento para estar mejor preparada la próxima vez.


¡Animo!, tu puedes conseguirlo.