La dietas cetogénicas reciben este nombre debido a los cuerpos cetónicos que generan. Los cuerpos cetónicos son productos de deshecho que se forman cuando el organismo utiliza grasa en lugar de hidratos para generar energía. En las personas diabéticas se producen cuando la cantidad de insulina es insuficiente para introducir la glucosa en las células, así las células creen que no tienen azúcar para producir energía y utilizan grasas. Esta situación también puede aparecer cuando una persona no diabética está muchas horas sin comer o tiene vómitos contínuos.
En este tipo de dietas se restringe el consumo de hidratos de carbono a la vez que se aumenta el de proteínas y ante todo el de grasas para compensar la disminución de carbohidratos. Si tenemos en cuenta que las proteínas han de proporcionar entre un 10 y un 15% de la energía total, las grasas entre un 20 y un 35% y los carbohidratos un 50%, llegamos a la conclusión que en una dieta equilibrada los hidratos de carbono han de constituir la base de la alimentación, los cereales como el pan , pasta o arroz y las legumbres no pueden restringirse de nuestra dieta. Echemos un vistazo a la gran conocida pirámide de los alimentos y no la perdamos de vista.Este tipo de dietas aconsejan el consumo de carnes rojas, embutidos, huevos, pescados, quesos y toda clase de grasas, prohibiendo el consumo de pan, pastas y legumbres y disminuyendo al mínimo el consumo de frutas y verduras.Está demostrado que las dietas cetogénicas provocan un aumento del colesterol sanguíneo, son ricas en colesterol y grasas saturadas. También cabe señalar que aumentan los niveles de ácido úrico incrementando el riesgo de sufrir gota o cálculos renales. Al tratarse de una dieta baja en fibra -recordemos que apenas se consumen frutas ni verduras- se produce estreñimiento; como elimina los carbohidratos se produce un déficit de vitaminas y minerales. Estas dietas hacen que el calcio de los huesos se movilice más fácilmente favoreciendo la aparición de osteoporosis.
La gran ventaja de estas dietas es la rapidez con que se pierde peso, pero esto realmente no es una ventaja, ya que una dieta hipocalórica equilibrada consigue los mismos resultados con algo más de tiempo y con el valor añadido de no tener el riesgo del "efecto rebote" que sin duda provoca una dieta cetogénica. Ejemplos de éstas serían la dieta Dukan o la dieta Atkins, por citar las más populares.Con todo esto, podemos concluir que si queremos bajar de peso lo mejor y más saludable es seguir una dieta hipocalórica que contenga la proporción adecuada de todos los nutrientes -proteínas, grasas e hidratos de carbono- acompañada, eso sí , de ejercicio físico.
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