Riesgos geológicos – la recurrencia de inundaciones de los ríos

Por Guatu

por Pablo A. Llerandi-Román

El cronista José Limón de Arce en su libro Arecibo Histórico describió los daños causados por el huracán San Ciriaco en la madrugada del 8 de agosto de 1899.  El ciclón estuvo unas 5 horas embistiendo a Puerto Rico.  Sus vientos máximos fueron de 232 km/h (alrededor de 144 mph).  Al final, unas 3,400 personas murieron y los daños a la infraestructura y cosechas de la isla fueron innumerables.  De las personas fallecidas, alrededor de 1,300 se ahogaron mayormente a causa de las inundaciones de los ríos.  Limón de Arce narra uno de estos incidentes vivamente:

“Jamás he visto cosa igual – nos decía un viejo marino, avezado a estas furias desencadenadas de los elementos – A las dos de la madrugada – expresaba – habían pasado, camino al mar, varias casas y bohíos. De la mayor parte de ellas salían gritos de personas que pedían socorro.  Una de aquellas casas llevaba los quinqués encendidos.  Pudimos ver desde el Paseo Víctor Rojas a los moradores de ella arrodillados, orando en alta voz.  ¡Era una plegaria que emanaba del alma!  ¡Era aquél un espectáculo desgarrador!”

Según los datos tomados en la Central Cambalache por el Servicio Geológico Federal de los EE.UU. el nivel del Río Grande de Arecibo subió unos 7.4 m (24.4 pies) por encima de la base de medición y su caudal fue de aproximadamente 5,522 m3/s (195,000 pies cúbicos por segundo).  ¡Esa es una gran cantidad de agua!  Es como si toda el agua que cabe en 138 marquesinas de un carro pasara por un punto del canal del río cada segundo.  En comparación, el caudal promedio en 29 años de datos es de aproximadamente 14 m3/s (504 pies cúbicos por segundo).

Casi 100 años después, durante el paso del huracán Georges el 22 de septiembre de 1998, el nivel del mismo río fue de aproximadamente 5.9 metros (19.28 pies) sobre la base de medición; su caudal no pudo medirse.  Sin embargo, una medida indirecta del caudal del Río Grande de Arecibo ese día es el hecho de que el puente de concreto sobre la boca del Río Grande de Arecibo fue destruido por la fuerza de la crecida.  Las casas y puentes construidos en las terrazas aluviales que se encuentran de 3 a 5 m sobre el nivel promedio del río en Utuado se vieron afectadas al socavarse el terreno donde se apoyaban debido a la erosión.  Los pueblos de Arecibo, Utuado y Barceloneta quedaron bajo agua, parte de la carretera número dos fue arrancada de sus cimientos en Mayagüez y el agua cubría la gran mayoría de la llanura aluvial entre Arecibo y Manatí.   Muchos otros municipios se afectaron y tuvieron pérdidas económicas cuantiosas.  Aunque no hubo muertes directamente relacionadas a Georges en Puerto Rico, las inundaciones y deslizamientos de terreno asociados con el paso del huracán en otras partes del Caribe y en EE.UU. causaron la muerte de 600 personas aproximadamente (casi todos en La Española debido a deslizamientos de terreno).

Las inundaciones de los ríos durante el paso de San Ciriaco y Georges fueron parecidas y ocurrieron aproximadamente a 100 años una de la otra.  Pudiera parecer que las inundaciones ocurren a intervalos regulares, en este caso, inundaciones grandes cada 100 años.  Esta idea puede generar una falsa sensación de seguridad en el pueblo.  Aunque son frecuentes, las inundaciones no ocurren a intervalos regulares.

Los geólogos utilizamos el término inundación que ocurre cada 100 años para referirnos a una inundación de río de una magnitud mucho más grande que las que ocurren frecuentemente cada año.   Por ejemplo, hay inundaciones de río que son de una escala mayor y podríamos referirnos a ellas como inundaciones que ocurren cada 1,000 años o cada 5,000 años dependiendo de su magnitud y frecuencia.  En general, sabemos que las inundaciones grandes ocurren menos frecuentemente que las inundaciones pequeñas.

El concepto de las inundaciones que ocurren cada cierta cantidad de años es uno estadístico y está relacionado con el intervalo de recurrencia.  En este caso, el intervalo de recurrencia representa el número promedio de años entre inundaciones de magnitud similar.  En otras palabras, el intervalo de recurrencia explica en términos generales cuantos años pueden pasar sin que veamos una inundación de una magnitud específica.  Esto no significa que inundaciones de la misma magnitud van a ocurrir solo cada cierto tiempo ya que inundaciones similares pueden ocurrir en cualquier momento que las condiciones necesarias de lluvia y escorrentía se den.

En el caso de una inundación que estadísticamente ocurre cada 100 años, su intervalo de recurrencia nos dice que inundaciones similares pueden ocurrir, en promedio, una vez cada 100 años.  Sin embargo, existe la posibilidad de que inundaciones similares ocurran en más de una ocasión durante el mismo período ya que hay una probabilidad del 1% de que ocurran cada año (porcentaje de ocurrencia calculado como 1 evento cada 100 años).  En comparación, el porcentaje de ocurrencia por año de inundaciones de menor magnitud como las que ocurren cada 2 años es 50% (1 evento cada 2 años).  Este porcentaje de ocurrencia es mayor que el de las inundaciones de mayor magnitud que ocurren cada 100 años (1%).  Los números del intervalo de recurrencia se pueden apreciar mejor en esta tabla.

Es más común que existan las condiciones naturales para que un río se desborde solo un poco, cubriendo un área de varios centímetros a varios metros cuadrados, a que se desborde cubriendo un área de muchos kilómetros cuadrados como pasó durante San Ciriaco y Georges.

Los planificadores y científicos recolectan datos que incluyen la cantidad de años con observaciones y la magnitud de las inundaciones en las estaciones de medición en los ríos.  Estos datos se utilizan para calcular el intervalo de recurrencia y así estimar la probabilidad de que inundaciones de cierta magnitud ocurran en diversas zonas.  También se utilizan para hacer mapas de riesgo de inundaciones.  Usted puede tener acceso a los datos a través del Servicio Geológico Federal de los EE.UU.  Los ríos en Puerto Rico son monitoreados constantemente y a todas horas, incluyendo mediciones que se han tomado por décadas.

El Caribe se encuentra en una zona asediada por huracanes, depresiones tropicales y otros eventos que producen una gran cantidad de lluvia.  Parte de esa lluvia se mueve como escorrentía hasta los canales de los ríos, arroyos y quebradas.  Otra parte se infiltra a través de los poros en los suelos y sedimentos y a través de las grietas en las rocas para llegar eventualmente a algún río, arroyo o quebrada.  Tenemos agua por todas partes.  Protegernos de los efectos de las inundaciones es en gran parte una cuestión de tener sentido común y de entender los conceptos básicos relacionados con el agua y la hidrología.  Conocer la magnitud, frecuencia e intervalo de recurrencia de las inundaciones de ríos en el Caribe es un factor importante en la prevención de daños.  Los ríos reclaman la tierra que les pertenece.  Nos toca a nosotros entenderlos, respetarlos y aprender a vivir como parte integral del medio ambiente.