Rihanna tiene, además de una gran capacidad de trabajo, una buena actitud como estrella Pop. En los últimos 3 años ha sacado singles como churros y muchos de ellos muy buenos hits. Pero ya me habían llegado rumores y algo había visto por youtube de cómo son sus directos pero verlo en directo me descorazonó un poco.
La voz fue un desastre. El inicio del concierto con la intro de Only girl in the world, prometía. De hecho, a mi las intros de los conciertos hasta me emocionan pero a veces prometen más de lo que hay y, fue oir sus primeras voces y el mundo se cayó a mis pies. Qué horror, qué gallos, qué descontrol de la voz, qué poca modulación. ¿Where the fuck está su entrenador de voz?¿De verdad pretendes hacer una gira mundial extensísima con esta baraja? Pongamos las cartas sobre la mesa pues: la respuesta es no. En la segunda canción, Disturbia, si llego a ir solo, me piro a mi casa. No entendía nada de lo que decía y, donde no llegaba su voz, llegaba la de las coristas, la música estridente y ruidosa (mal, muy mal, para el control de sonido) que tapaba su ya débil calidad de voz e incluso el público cuando pedía que siguiesen las canciones (esto lo hizo demasiado). Ah, eso sí, la gente como loca.
Con Man down me dio el bajón total. Una canción que yo tenía en mucha estima me la destrozó, otro nombre no tiene. Una canción que se canta deprisa, la cantaba a trompicones y parecía que se iba a ahogar en cualquier momento
El único momento que mejoró algo, puede porque peor no podía ser, fue el último tramo, desde Don’t stop the music, pasando por Love the way you are, Umbrella y, sobre todo, la guinda del pastel: We found love, su último número 1. Ahí bailé lo que no bailé en todo el concierto y ya me daba igual la voz.
Por otro lado, si no dijo Barcelona 20 veces, no la dijo ninguna. En múltiples esfuerzos por meterse al público en el bolsillo, ya que voz poca podía ofrecer, resultó cansina y repetitiva. Es como si quisiera disculpar las carencias. Muy mal, esto no se hace. Si eres una estrella del pop, sé cercana, pero no mendigues la conexión con el público. Para eso, prefiero la altiva indiferencia de Madonna que dice 'Hola, Barcelona' y da gracias.
El show, de original nada. Paneles de vídeo, imágenes proyectadas, un escenario alargado para actuar con el público a derecha e izquierda, y poco más. El cuerpo de baile, de lo más normalito, aunque destacaría la coreografía del número militar. Para las muchas personas jóvenes que estuvieron por allí, puede que fuese un espectáculo inolvidable, sobre todo si era su primer concierto y si no han podido comparar shows de artistas más consagrados que han pasado antes por Barcelona. Antes y mejor, esto ya lo han hecho Madonna, Kylie, Beyoncé, Janet (conciertos a los que yo he ido y ahora puedo comparar). La diferencia es que las otras, Madonna incluída, ofrecía un poco más de calidad vocal que Rihanna.
Rihanna, en serio, contrata un mejor entrenador vocal y curra esa voz, porque materia prima hay. Además, la novedad en el pop se quema pronto y el presente y futuro inmediato son los conciertos. En cuanto dejes de vender la cantidad de discos que vendes ahora (+800.000 de Loud en UK) sólo te ganarás la vida cantando en directo y lo de ayer fue decepcionante, rayando el timo.
Calvin Harris, como telonero, ofreció una sesión de una hora que en algunas partes estuvo francamente bien, pero se hizo larga al final (siempre pasa, cuando ansías ver el plato fuerte). Además, de creación propia sólo pinchó Bounce y Flashback. Pero tenía que estar, como creador del hit We found love.
Lo que se ha dicho en los medios:
El Periódico
La Vanguardia
Nota: 4