Las imágenes filtradas del anticipo de lo que sería el nuevo disco de Rihanna resultaban por lo menos inquietantes. Nos presentaba una imagen de la cantante sumergida en una bañera llena de un líquido espeso blanco con seres extraños mirando a través de una pantalla difusa. Una Rihanna con una corona, como una princesa de las tinieblas, capaz de asustar a los chicos que duermen plácidamente en una habitación. Una Rihanna que aparece como la tatuadora de un hombre corpulento en una sala que se asemeja más a una sala de torturas. Una Rihanna que aparece como un cisne blanco caminando al final de un pasillo como en una película de terror.
Todas esas Rihannas, en definitiva, construyen un concepto más cercano al video arte, pero subido a la plataforma de Youtube, que ahora se materializa en el disco llamado Anti, el esperado octavo álbum de su carrera.
Finalmente después de una larga espera, la cantante barbadense subió sorpresivamente su nuevo disco a la plataforma Tidal de manera exclusiva. Así como Lady Gaga hizo de lo extravagante un acto estético pop que le permite mutar de disco a disco, en el caso de Rihanna su constante en el universo de los excesos, en los primeros puestos de los ránkings y la trastienda de su propia vida, además de su capacidad para calentar las pistas de baile necesitaba un vuelco.
Anti, coproducido con Travis Scott, explora un lado diferente de la artista nacida en Barbados. Desde la estética opresiva, los climas densos de los beats, los acordes descendentes de las melodías y el cambio de look como una suerte de reina oscura del pop, más cercana a la Maléfica interpretada por Angelina Jolie, la cantante quiere sorprender al mundo del pop sin dejar de llegar al ghetto.
En este tiempo de espera, mientras se definía la publicación de su nuevo álbum, Rihanna jugó al gato y al ratón con sus seguidores. Tanto es así que se las ingenió durante todo el año 2015 para que hablen de ella y de su futuro disco, lanzando tres canciones que ni siquiera quedaron en la lista final de Anti: “FourFiveSeconds,” con Kanye West y Paul McCartney, “Bitch Better Have My Money” y “American Oxygen“.
También se conoció que quedaron afuera canciones de Grime y Sea. En paralelo, para sumar misterio y expectativa a la salida del disco, la estrella fue dando a conocer a cuenta gotas el concepto estético de su nuevo trabajo, a partir de una serie de crípticos videos de corta duración que estaban patrocinados por Samsung y bautizados como AntiDiaRy que podéis ver en el canal en el canal de Youtube de la cantante.
El álbum ya se difundió entre los principales medios de comunicación del mundo como la prestigiosa revista Rolling Stone, en la cual despertó críticas que señalan el cambio de la artista: “en su mayor parte Anti es inquietante y a veces claustrofóbico, hecho para largos momentos de soledad, como consecuencias de altos y bajos emocionales”.
Anti está compuesto por trece temas, con “Work” a la cabeza, el primer single del disco, en el que colabora Drake. Otras canciones como “Woo“, “Kiss It Better“, “Desperado“, “Needed Me“‘ o “Never Ending” forman parte, entre otras, del nuevo álbum de Rihanna, que revela un mundo interno más denso y profundo, el lado oculto de la estrella pop. Sus colaboradores, también, son una clave del nuevo concepto estético de Rihanna: SZA en “Consideration“, Drake en “Work” y la participación del grupo de rock psicodélico Tame Impala en “Same Ol’ Mistakes“.
El 26 de febrero Rihanna comenzará en San Diego (Estados Unidos) la gira ANTI World Tour, con la que recorrerá gran parte de la geografía estadounidense y países como Holanda, Reino Unido, Alemania, Italia o Francia hasta agosto de 2016.