Mangaka: Satoshi Kon
Editorial: Planeta Cómic, Colección Babel
Traducción:
Demografía: seinen
Género: slice of life, drama, psicológico
Nº de tomos: tomo único
ISBN: 78-84-15480-77-8
PVP: 14’95€
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Sinopsis: Yōsuke, un adolescente a punto de entrar en la universidad, se propone cumplir con un viejo, matutino y rutinario ritual que toda su familia y sus ancestros llevan realizando durante generaciones.
Su familia fue depositaria hace muchos años de un huevo de sirena y durante un período de sesenta años su cuidador, un miembro de la familia de Yōsuke, debería cambiar el agua cada siete días y al finalizar ese período de tiempo mencionado lo devolvería al mar, a la sirena que les otorgó su cuidado. A cambio, el pequeño pueblo de Amite, gozaría de un mar en calma y buena pesca.
Del célebre director japonés Satoshi Kon, prematuramente fallecido en 2010. Kon era considerado como un referente en la realización de películas de anime (algunas han servido de inspiración para Christopher Nolan o Steven Spielberg).
Satoshi Kon, prematuramente fallecido en 2010, es una de las figuras más interesantes del mundillo del manga y el anime y cuyo trabajo resulta apasionante. Ha dirigido varias películas de animación como Perfect Blue (1997), Millennium Actress (2001), Tokyo Godfathers (2003), Paprika (2006), e inclusa la aclamada serie de televisión Paranoia Agent (2004). Además de dirigir, también ha sido guionista y mangaka de varias obras de gran calidad como la inacabada Seraphim – 266613336 Wings (1995), Opus (1996) y Regreso al mar (Kaikisen, 1990), de la cual hoy os hablaremos.
Regreso al mar es un manga sencillo con toques fantásticos pero con un profundo mensaje medioambiental de fondo. En él nos cuenta la historia de Yōsuke, hijo del sacerdote sintoísta del pueblo costero de Amite. Desde hace muchas generaciones, la familia de Yōsuke se encarga de cuidar de una reliquia conocida como el Huevo de la Sirena. Un tesoro del mar que, según cuenta la leyenda, fue entregado a un antepasado de la familia para cuidarlo y devolverlo al mar sesenta años después, acordado en un pacto hecho entre el hombre y el ser mitológico medio humano medio pez que habitaba en la costa para asegurar la protección del pueblo y la pesca, su sustento principal.
Como sucede en la mayoría de este tipo de historias mágicas, también aparecen villanos y escépticos, y Regreso al mar no es una excepción. El padre de Yōsuke, a pesar de haberse criado con la leyenda, nunca llegó a creer en ella, y por el bien del pueblo se alía junto con el alcalde para llegar a un acuerdo con la constructora Ozaki para crear un conjunto vacacional y un parque de atracciones con el objetivo de promover el turismo en la zona y así traer la modernidad al pueblo.
Pero no todo el mundo está a favor del plan, ya que conlleva sacrificar gran parte del paisaje costero de la zona e incluso la pesca. Y eso sin contar con la destrucción de gran parte del patrimonio natural de la isla de Kamijima, lugar donde habita la legendaria sirena. Yōsuke, quien al principio de la historia lo vemos como escéptico ante la vieja leyenda, poco a poco vuelve a creer en ella. Y es que a causa del revuelo que se origina en el pueblo con la constructora y la reliquia, el joven es testigo de varios sucesos extraños y de haber visto en las aguas una misteriosa silueta, haciéndoles creer a Yōsuke y sus amigos Natsumi y Tetsu de que en esas aguas realmente habita un ser mitológico que va más allá de las creencias mundanas.
Pero justo cuando el Huevo de la Sirena cae en manos de Ozaki y su gente para analizarlo científicamente, Yōsuke, en un intento desesperado por cumplir la promesa de la leyenda, se enfrentará a Ozaki con la ayuda de sus amigos para recuperar la reliquia y regresarla al mar.
Regreso al mar es una obra que, a pesar de tener un argumento algo simple y típico, refleja ese eterno choque entre las tradiciones y la naturaleza con el progreso y la modernización. Satoshi Kon nos deja al final de la historia con la moraleja de que se puede conseguir un equilibrio entre modernidad y tradición, así como también el mantenimiento del medio ambiente sin tener que sacrificar el patrimonio que nos ofrece la naturaleza. Una interesante obra con un mensaje ecologista de trasfondo de uno de los mangakas más influyentes del que hemos tenido el placer –aunque fuera a corto plazo– de disfrutar.
Nace en Hokkaidō, Japón, el 12 de octubre de 1963. Se licencia por la facultad de Diseño y Comunicación Visual dela Universidad de Bellas Artes de Musashino.
En 1985, estando todavía en la universidad, debuta como mangaka al ganar un accésit del premio Tetsuya Chiba con la obra Carve. En 1990 publica Regreso al mar, su primera serie, en la revista Young Magazine. En el mismo año, se incorpora como diseñador artístico al equipo de la película Roujin Z (basada en la obra original y el guion de Katsuhiro Otomo), en su primera incursión en el mundo de la animación.
En 1997 debuta como director cinematográfico con la película Perfect Blue. A partir de entonces, cosecha grandes críticas, tanto en Japón como en el extranjero, como director de cine de animación, con las obras Millenium Actress, Tokyo Godfathers, Paranoia Agent y Paprika (esta última basada en la obra original de Yasutaka Tsutsui).
Toma las riendas de la nueva película Yume miru kikai (La máquina de soñar) como autor de la obra original, guionista y director, pero fallece el 24 de agosto de 2010 víctima de un cáncer de páncreas. Tenía 46 años.
Redacción: Mariona Rivas Vives