«Una película para mirones», era la frase promocional de Rincones del paraíso, dirigida por el novelista Carlos Pérez Merinero (1950-2012), quien escribió algunos de los mejores capítulos de la serie La huella del crimen, y largometrajes como Amantes (1991), de Vicente Aranda. La frase no engañaba, ya que esta película trata de forma monográfica sobre el voyeurismo.
plano general, no, ¡Generalísimo!
Ricardo (Juan Diego) es un policía de métodos expeditivos que acaba expulsado de la Brigada Antiatracos por sus métodos excesivos. A modo de escarmiento, sus superiores lo destinan a una furgoneta aparcada frente al cementerio. Desde allí tendrá que pasar jornadas enteras inmóvil y completamente aislado, limitándose a observar por un monitor lo que sucede fuera. Aunque al principio le parece una condena, pronto le fascinará todo lo que observa, y se convertirá en un mirón profesional. Hasta el punto de que cuando le cambien de destino, preferirá dejarlo todo para poder seguir mirando...