“Rip Kirby”: El legado de Alex Raymond
- “Es… muy guapa. señor…”
- “Sí, es muy guapa… ¡Pero está muerta!” – le contesta Rip a Desmond mientras sujeta a una mujer que le cae encima.
(Con estas palabras arranca la primera historia de Rip Kirby)
“Rip Kirby” supone sin duda la culminación de Alex Raymond como artista; el celebrado autor gráfico de personajes tan famosos como “Flash Gordon”, “Jungle Jim” o “Agente secreto X-9” alcanzó con esta póstuma obra suya tales cotas de calidad en su dibujo, que ello le supuso, conjuntamente con la valiosa aportación concedida a sus anteriores trabajos, su consagración definitiva en el Olimpo de los artistas más grandes del cómic norteamericano de todos los tiempos.
“Rip Kirby” es hijo de su tiempo; representa la plasmación gráfica de una época, de un momento concreto, determinante para el desarrollo posterior que sufrió la sociedad norteamericana y su consiguiente hegemonía sobre Europa y el resto del mundo: el final de la Segunda Guerra Mundial. Y con él, el ineludible regreso de los veteranos al hogar.
“Rip Kirby” vio la luz como tira de prensa diaria en marzo de 1946, gozando casi de inmediato del favor popular. El glamour, propio del cine de Hollywood de la época, pero también la genuina sordidez del mejor género negro, se reflejan fielmente en los ambientes en que se desenvuelve Kirby y su elenco de personajes secundarios, imprescindible y enriquecedor este, por otra parte, para todo héroe de tebeo clásico que se precie.
Así, en el mundo de Rip Kirby goza de un elevado protagonismo Honey Dorian, modelo de profesión, segura de sí misma y plenamente desenvuelta; una chica atípica y por tanto alejada del canon femenino de las publicaciones de entonces. A pesar de que se la considera la novia de Kirby, lo cierto es que mantiene con este una relación ambigua y un tanto extraña, dotada de un cierto libertinaje que rompe moldes en aquel pensamiento puritano norteamericano de los cuarenta… No obstante esto, sí queda patente en el cómic un amor sincero de la chica hacia el detective, y prueba de ello es su constante y dialéctica confrontación con otras pretendientes del corazón de Kirby, sobre todo la que entabla con alguna que otra femme fatale a la que el protagonista ayuda a volver al buen camino.
No obstante ser su protagonista un detective privado que resuelve a priori conspiraciones misteriosas y casos enrevesados, lo cierto es que “Rip Kirby” para nada es un cómic policíaco en el estricto sentido del término. Las historias de Rip Kirby apenas se centran en una resolución exhaustiva de tramas a través de pistas o pruebas que conducen a un criminal; es más, en los casos con características más plenamente detectivescas (al menos, los incluidos en el primer volumen de la colección que dedicó Planeta al personaje a finales del 2004*), Raymond, que también fue el guionista en los orígenes de esta tira diaria, utiliza el típico recurso de incluir elementos oportunistas, que surgen posteriormente al inicio de la investigación en sí, con el fin de “facilitar” el trabajo al protagonista, que de este modo halla, gracias al azar, a la casualidad o a la aparición de datos fortuitos en la intriga por conveniencia del autor, y no debido a su sagacidad, el detalle adecuado que le permite desentrañar el misterio.
Por todo ello, es más correcto a mi juicio afirmar que Rip Kirby es un cómic de aventuras, con un tono policíaco de trasfondo, pero que no se ciñe rigurosamente a las características propias de dicho género, sino que sus peripecias gozan de elementos similares a los que nutren las historias de otros personajes alejados del ambiente en que Kirby se desenvuelve, elementos que, en suma, son universales e igualmente válidos tanto para aventuras en el espacio, en la jungla africana o las calles de Nueva York: acción a raudales, necesaria tensión, un elevado suspense, notas imprescindibles de humor, camaradería sin concesiones, enemigos implacables y, por supuesto, una leve pero importante dosis de romance.
El estilo que Raymond implanta en Rip Kirby desde su mismo principio está supeditado claramente a un magistral dominio del claroscuro, una técnica que un cómic como Rip Kirby, por el evidente tono que se le pretende dotar desde sus orígenes, precisa forzosamente. Raymond maneja a la perfección el contraste de sombras y luces, realzando aún más si cabe su innata destreza para la anatomía humana; el estilo de Raymond es detallista, exacto, sumamente realista hasta el paroxismo. El dibujante concede a cada personaje su propia identidad a través de las múltiples y diferentes expresiones que su lápiz sabe plasmar en sus rostros, un fiel reflejo del carácter y motivaciones que les empujan a actuar como lo hacen.
Especial mención merece el suave erotismo que Raymond impregna en la figura femenina; las protagonistas de “Rip Kirby” dejan traslucir sus encantos de un modo muy sutil y meramente insinuante, pero simplemente efectivo, sin caer nunca en la vulgaridad y manifestando a las claras las preferencias de Raymond por el partenaire del otro sexo en su obra, cuyas formas sabía plasmar a la perfección.
*La edición de Planeta de Agostini se compone de las siguientes etapas:
Alex Raymond
Rip Kirby #1. 2004. Tiras originales de los años 1946-1947.
Rip Kirby #2. 2005. Tiras originales de los años 1947-1949.
Rip Kirby #3. 2005. Tiras originales de los años 1949-1951.
Rip Kirby #4. 2005. Tiras originales de los años 1951-1953.
Rip Kirby #5. 2005. Tiras originales de los años 1953-1954.
Rip Kirby #6. 2005. Tiras originales de los años 1954-1956.
Alex Raymond / Fred Dickenson-John Prentice
Rip Kirby #7. 2005. Tiras originales de los años 1956-1958.
Fred Dickenson-John Prentice
Rip Kirby #8. 2005. Tiras originales de los años 1958-1960.
Rip Kirby #9. 2005. Tiras originales de los años 1960-1962.
Rip Kirby #10. 2006. Tiras originales de los años 1962-1963.
Rip Kirby #11. 2006. Tiras originales de los años 1963-1965.
Rip Kirby #12. 2006. Tiras originales de los años 1965-1967.