Este es un libro de divulgación científica escrito por el autor norteamericano Martin Ford.
He descubierto que es mas difícil opinar de una obra de divulgación científica que una de ficción, porque en estas obras no puedo generar un simple sumario, agregar un par de lineas con una escueta opinión y se acabo. Sino que debo de dar una sinopsis, a veces muy subjetiva, en relación a como me afecta el tema tratado en la obra.
La primera revolución industrial ocurrió con la introducción de la mecanización de la producción, básicamente las maquinas a vapor a finales del siglo XVIII, En la segunda revolución se obtuvo la producción en masa, gracias a la integración de la electricidad en la industria, la tercera fue la revolución digital, con la introducción de microprocesadores y electrónica, en estos momentos esta naciendo la cuarta revolución industrial, la cual añadirá el internet de las cosas, la impresión en 3D, así como los sistemas cyber-físicos.
A diferencia del libro de divulgación que leí anteriormente, Our Final invention, Rise of the robots no es tan dramático en su acercamiento a las Inteligencias Artificiales, en lugar de usar Grey Goo para reordenar nuestras moléculas y generar computronium con ellas, tan solo nos quitaran nuestros empleos para que fallezcamos de hambre.
Puedo resumir el tema principal del libro en una par de lineas; los avances en robótica e inteligencia artificial eventualmente harán que casi el total de la fuerza laboral humana quede obsoleta.
En las tareas repetitivas y mecánicas prácticamente no se salva nadie, pues día a día se generan nuevos robots que permiten la recolección de frutos y vegetales delicados, recolectando mediante modernos sistemas de visión, eliminando la necesidad de campesinos humanos en la cosecha, la introducción de robots enfermeros en Japón, así como los robots en la logística, como ya se ve en las bodegas de Amazon y Walmart, en donde se introdujeron robots que escanean códigos de barras y pueden detectar objetos particulares mediante baratos chips de RFID.
Ningún trabajo esta a salvo, ya que McDonalds contempla la idea de utilizar modernos robots que pueden cocinar hasta 60 hamburguesas por minuto.
Pero lo que Martin Ford argumenta es que no solo los trabajos sencillos están en riesgo, gracias a avanzadas AI como Watson de IBM se puede modelar un sistema que realice el trabajo de muchos trabajadores administrativos, así como AI que puedan reemplazar a personas de telemarketing.
Otro tema en discusión es la creación de vehículos autónomos, que una vez en funcionamiento reemplazarían a los conductores de taxis y transportistas. Así como los sistemas automatizados de vuelo, que reemplazarían a los pilotos de avión.
En un mundo completamente automatizado, en donde no haya necesidad de trabajadores ¿Quien comprara los productos manufacturados? Aunque exista una élite de millonarios (el mentado 1%), estos no compraran miles de vehículos, relojes o demás productos. El mundo necesita una clase media que consuma y permita la innovación.
Es aquí donde el autor propone la solución menos dolorosa. Como ya hemos visto, los avances tecnológicos reducirán a una fracción la planta laboral actual, pero el mundo sigue necesitando consumidores, así que se requiere la elaboración de un Ingreso Mínimo Garantizado, con el cual se garantice la subsistencia de los habitantes sin eliminar por completo el deseo por trabajar y progresar, un verdadero reto para los gobiernos mundiales.
La idea de un ingreso mínimo generalizado no es nueva, pero no se ha implementado por completo en ningún país industrializado. Quizá por el tufo a socialismo que provoca. Aun no estamos con el agua hasta el cuello y no vemos la necesidad de ello, pero con el paso de las décadas la situación cambiara.
No podemos detener el progreso tecnológico tanto como no podemos parar un tsunami con las manos. Las compañías que no se adapten a un cambio cada vez mas acelerado perecerán, el reemplazo de las labores humanas por robots e IAs se aprecia ineludible. Dependerá del buen juicio de los gobiernos y las corporaciones que este futuro no se encamine a una distopía neo-feudal, sino que avancemos a un futuro prospero como los imaginados por Jaque Fresco o Buckminster Fuller.
Estamos jodidos. Mejor sigo leyendo ficción.