- 3 peras.
- Una nuez de mantequilla para dorar las peras (25 grms).
- 1 cebolleta.
- 360 grms de arroz de arborio o arroz bomba.
- 540 ml de caldo de pollo.
- 50 grms de mantequilla.
- 150 grms de queso gorgonzola.
- Sal.
- Pimienta.
- 170 ml de vino blanco.
- Queso parmesano rallado, para servir aparte (opcional).
Preparación:
Pondremos la mantequilla en una cazuela a derretir a fuego medio. Mientras pelaremos la cebolleta y la cortaremos en brunoise (cuadraditos) no muy gruesos. La rehogaremos en la mantequilla, removiendo con frecuencia para que no coja color. Yo le añadí un chorrito de aceite de oliva virgen extra para evitar que la mantequilla se quemara. Añadiremos el arroz y rehogremos un minuto. Incorporaremos el vino blanco y dejaremos que evapore el alcohol. Añadiremos poco a poco el caldo de pollo y removeremos. El caldo siempre se añadirá caliente y a medida que el arroz lo va necesitando. Removeremos con frecuencia, especialmente durante los primeros 10 minutos de cocción para que el arroz desprenda su almidón y quede una textura espesa propia del risotto. Lo coceremos durante unos 20 minutos. Mientras, pelaremos y picaremos las peras en daditos y las doraremos en una sartén con la nuez de mantequilla, removiendo con frecuencia para que no se doren en exceso. Lo principal es conseguir que se ablanden y que cojan un poquito de color. Retiraremos y reservaremos. Cortaremos el queso gorgonzola en cubos, y los añadiremos al arroz una vez que este haya terminado de hacer. Agregaremos, finalmente, los daditos de pera (podemos reservar unos cuantos para decorar el plato). Removeremos los ingredientes para que el queso se funda con el calor dentro del arroz. Servir el risotto en platos individuales, con unos daditos de peras coronándolo y espolvoreamos queso parmesano rallado al gusto.